¿Importa la verdad ?
(Artículo de opinión
publicado en el diario El Nacional (http://www.el-nacional.com/alvaro_requena/Alvaro-Requena_0_699530186.html),
el viernes 11 de septiembre de 2015).
En estas últimas semanas hemos
visto suceder eventos que, tanto a los ciudadanos comunes y corrientes como a
los más duchos observadores de la realidad venezolana y latinoamericana, nos han creado desazón, incertidumbre y malestar
por haber sido arteramente engañados y no poder demostrar lo contrario. Es
decir: mostrar la realidad objetiva y dolorosa de aquello que repentinamente
nos han vendido como la cura quirúrgica necesaria para el tumor ominoso que devora
nuestra economía y nuestra paz, pervirtiendo a nuestros conciudadanos de tal
manera que los han convertido en “bachaqueros” y “contrabandistas”, además de
haber sido infiltrados por paramilitares al mando del expresidente Colombiano
Álvaro Uribe, con la venia callada y obtusa del Presidente Santos.
La complejidad del argumento del
gobierno de Venezuela es de tal calibre y con tantas explicaciones, que toda la
trama resulta fantástica, casi delirante, paranoica, persecutoria y lo que
tenga de verdad ha sido tan tergiversado y queda tan poco de su esencia, que
sin confianza en el concepto de verdad el pueblo está desarmado ante las
mentiras y se las traga todas.
Obviamente, no me estoy
refiriendo solo a ese episodio de la frontera. Esa misma situación de tergiversación
y moldeado de lo que queda de las verdades la estamos padeciendo desde hace 16
años. Se ha agravado con los años porque la repetición ha traído como consecuencia
la especialización y, lo que en un tiempo era ocasional, hoy es constante. Sin embargo,
debo comentar que así como se ha hecho costumbre la tergiversación, el doble
discurso, la culpabilización de terceros y el manejo de la población a través
de crearles necesidades y carencias, se ha perdido la habilidad del
perfeccionamiento y si hoy son más frecuentes, también son más burdas.
Ya no engañan a nadie, pero ante
no saber que creer, se cree en la mentira repetida salida del laboratorio de
tergiversaciones, retoques y colorización de la nueva realidad, de lo que quedó
de la verdad. Los cómplices de tal barbaridad contra la sociedad se quedan tan
tranquilos, pues parte del hecho es estar convencidos de que la realidad es la
que se crea como consecuencia de la actuación artera del ejecutivo.
¿Qué pensarán en el exterior de
las acciones de este gobierno? No importa, hay que seguir con el plan, con la
presentación bizarra de la verdad imposible. Lo que importa al gobierno es lo
interno: no perder el poder, mantener la sumisión y el control y solo confiar y
compartir con aquellos que aceptan la complicidad espontáneamente. Y para
aquellos que no lo acepten, duden o no apoyen los dislates, quedará la
acusación de traidores a la patria.
Ese es el mundo en que vivimos,
pensar en que veremos justicia, equidad, libertades políticas, de reunión o
económicas, es una patraña. Razones de más para cambiar de sistema de gobierno
a través de una nueva Asamblea Nacional.