Declarar la independencia, varias veces
(Artículo de opinión
publicado en el diario El Nacional (http://www.el-nacional.com/alvaro_requena/Declarar-independencia-varias-veces_0_439156210.html),
el viernes 4 de julio de 2014)
Son muchos los países que han
declarado su independencia, uno de los más famosos y que se hizo verdaderamente
independiente, son los EE.UU., que hoy están de aniversario y lo celebrarán en
todos los lugares donde se encuentre un estadounidense.
Otros países que también han
declarado su independencia no han sido tan independientes como sus promotores
pensaron que debían ser y, simplemente, siguieron tan dependientes en tantas
cosas que siguen fundidos con sus antiguos patrocinadores, protectores y
explotadores. Hubo también países que declararon su independencia y lucharon
por ella denodadamente y ahora, después de muchos años, son otra vez
dependientes, esta vez, con peores resultados que antes de la independencia
primigenia. Véase el caso de Venezuela, por ejemplo, que económicamente depende
de China y socio-política y militarmente de Cuba. Los gobernantes se llenaron
la boca con consignas y dichos en contra de las dependencias económicas y
tecnológicas de los países más desarrollados, pero al final esa rebeldía
resultó nefasta y se tradujo en atraso en todos los sentidos; ya que suplir los
avances de la ciencia y la tecnología con las experiencias limitadas de países
de estancado desarrollo, escasos recursos y mínimas capacidades, equivale a
establecer un rezago definitivo de la sociedad, tal y como lo estamos viviendo
hoy día.
Estoy seguro de que la razón
fundamental de nuestra situación actual como país se debe al deslumbramiento
conceptual de los “revolucionarios chavistas” al copiar las direcciones
marcadas por el texto fundamental del manifiesto comunista de 1848 de Marx y
Engels, y decidir que en 1998, es decir 150 años después, teníamos los mismos
problemas que las naciones apenas industrializadas del siglo XIX. Para probar
su punto ideológico, nostálgico y arrebatado, tuvieron que expropiar, destruir
o desmontar lo poco que teníamos y dejarnos en la inopia, para que tuviéramos
que pedir cacao a quien tampoco podía ser de utilidad a nuestra nación
venezolana. Eso no lo entendió el finado, no lo entiende el nominado y tampoco
lo comprendieron, o lo hicieron tarde, los acólitos y cómplices del alquímico
proceso de convertir la riqueza de un país en el beneficio de otros países y de
algunas personas ambiciosas sin escrúpulos.
Aprecio en Giordani su cuasi
sinceridad en esta hora agónica del país y también a Navarro, Rangel, Bernal y
cuantos les apoyen, porque al fin se dan cuenta del desagradecido pasado
inmediato y presente de los gobernantes de un país al cual ellos y otros
decidieron dejar sin futuro.
Somos ahora más dependientes que
nunca de potencias imperialistas, que como su nombre lo indica imponen sus
economías, defectos y necesidades a nuestras costillas. Pero así mismo, como
nunca, debemos luchar por ser libres y verdaderamente independientes.