¿No politizar…?
(Artículo de opinión
publicado en la página 9 del diario El Nacional, el viernes 17 de enero de
2014)
La frase preferida en estos días, de aquellos que creen que estar en el
poder significa que todos deben hacer lo que ellos digan, es “No politizar”.
Frase que aplican a todo lo imaginable, los acontecimientos, sea el que sea y
mucho más si se trata de algo tan dramático como el asesinato a sangre fría y
alma helada, de Mónica Spear, su esposo y su hijita de cinco años de edad, que,
¡a Dios gracias! no falleció, quizá porque está destinada a muy altos deberes
cívicos o espirituales o porque la borrachera de sangre inocente de sus
asesinos, les impidió acertar más balas en su cuerpecito.
Según nuestros supuestos servidores públicos no debía politizarse ese
abominable hecho y como sociedad no debíamos pasar de la penosa tristeza por el
hecho y ni siquiera comentar los lugares comunes referentes a la impunidad, el
espantoso nivel estadístico de los asesinatos y la crueldad de sus ejecutores,
los robos, secuestros, maltratos y etcéteras, con los que hemos estado
obligados a convivir en estos dieciséis años de ineficaz y desorganizado
gobierno.
Seguiremos teniendo esperanza y confianza en el futuro, pero el gobierno no
la tiene y así lo demuestra cuando en medio de esta tragedia y las muchas otras
que vivimos diariamente, aparece un presupuesto nacional con menos del 1%
dedicado a combatir la inseguridad ciudadana, no permite la compra de divisas
para obtener los insumos médicos y sanitarios necesarios para el país y, entre
otros detalles, tranca la importación de papel para uso de la prensa, que ve su
fin con una inmediatez tan cercana como vemos los ciudadanos nuestra propia
seguridad y efímera presencia en este mundo, por causas, entre otras, debidas a
las políticas de el gobierno.
No politizar es un absurdo, un contrasentido, falaz y cínico, que no
aceptamos. ¡Sí, hay que politizar los eventos severos del drama de nuestro
diario vivir, no puede ser de otra manera!
Los venezolanos merecemos saber que las cosas buenas y malas que suceden en
nuestro país nos afectan a todos y que un gobierno, que además pretende
regular, controlar y dirigir todo el sistema socioeconómico nacional, debe
asumir sus responsabilidades, no sólo para redactar leyes que suenen bien y se
puedan catalogar de buenas y adecuadas, sino que también debe hacer que se
cumplan a cabalidad, contra viento y marea e inmediatamente.
No es problema para el futuro. Es hoy cuando debe actuarse, el futuro debe
ser de solaz en la labor cumplida no de angustia perenne por cumplirla.
No es mañana que nuestros hijos y nietos deben estar seguros, es hoy y fue
ayer. Todo lo demás es gamelote político populista y engaña bobos. Todo lo
demás es politización de las falsas esperanzas que brindan quienes no saben que
hacer y quieren aparentar lo que ni son ni quieren ser: honestos y cabales
servidores públicos.