Lo que sobra aquí
(Artículo de opinión
publicado en la página 4 del diario El Nacional, el viernes 31 de enero de
2014)
Me cuesta tener la flexibilidad que los tiempos y eventos exigen hoy a los
venezolanos. No puedo decir que estén equivocados quienes asistan a reuniones
con el gobierno, ni digan las mismas cosas que ellos o lleven globitos blancos
de paz y que lean con fruición las noticias que vienen del CELAC en La Habana.
Hasta los secretarios generales de la ONU y de la OEA, fueron también a la
foto con los Castro y desde ese momento, no estar allí es cercano a ser un don
nadie y no repetir las frases de Maduro y Raúl, es impensable.
Las frases, rimbombantes y cursis, llenan el ambiente político, aquí y
allá. Todo viene pintarrajeado de dulzura, paz, amor y la aplastante lógica de
“o estás conmigo o estás contra mi” y si estás contra mi, amárrate los calzones
porque lo que viene es joropo, los países serán como dicen ellos que debe ser
Puerto Rico. No es injerencia, es sugerencia.
Lo mismo pasa aquí, nuevas leyes inconsultas y desvinculadas de la
realidad. Que generarán nuevas trampas y si no, de todos modos, presos van a ir
a las cárceles que ha venido preparando Iris, con esos querubines que llaman
pranes y que regentan las discotecas en la prisión.
Si te pasas del precio que yo digo, vas preso de 8 a 12 años, si no lo
haces, como yo digo, pagarás una multa de tantas UT, que el negocio ni siquiera
los vale. Presos irán todos y llegará un momento en que los únicos clientes de
los únicos negocios o comercios, serán los inspectores, que se venderán entre
ellos y algunos guardias de fronteras y vigilantes de guías de despacho, las
mercancías decomisadas o abandonadas. ¡Ah! Y no saldrá por los periódicos
porque no habrá papel para la prensa y no se te quitará el dolor de cabeza ni
la angustia, porque no habrá medicamentos y tus hijos no irán a la universidad
porque no habrá cupo y no podrás viajar fuera del país porque el dinero
extranjero que puedas comprar, si te lo venden, no será suficiente para cubrir
tus gastos mínimos de viaje y además no habrán boletos aéreos y estarás
flaquito y medio desnutrido por falta de alimentos y exceso de ejercicio,
caminando y caminando, porque los autobuses, el metro y los autos se quedarán
sin repuestos y no habrá como repararlos.
Ganarás el salario más alto del mundo, en números absolutos, pero no
alcanzará ni para comprar maní. Tendrás la gasolina más barata que existe, pero
no te atreverás a salir de tu casa.
Tu alivio será el canal de TVes y tu entretenimiento el circo de la esquina
de San Francisco donde los de oposición serán guindados de la ceiba unos y los
otros obligados a aplaudir. Pero no se preocupe querido lector que las fotos
las venderán por internet desde Cuba y se podrán pagar con el cupo en dólares.
Es la Venezuela de hoy, sin tantas cosas y
presumiendo de todo. Propaganda afuera y adentro, pero nadie se engaña.