Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

miércoles, 10 de abril de 2013

Cambiar es perentorio


Artículo de opinión publicado en la red de internet hoy miércoles 10 de abril de 2013
En la Venezuela republicana, luego de los gobernantes arbitrarios, las dictaduras y los gobiernos de facto, la democracia no pudo estabilizarse y la añoranza por el autoritarismo militarista regresó. Después de 1958 el pueblo prefirió la democracia y eso fue lo que tuvimos pero imperfecta y manipulada por personas que querían seguir en lo mismo: cogollos, decisiones tras bambalinas, amiguismo, clientelismo, mentiras, fraude electoral.
Eso es lo que tenemos. Si usted piensa que estos últimos catorce años fueron diferentes, entonces ha vivido obnubilado por su desagrado con Chávez y su estilo, ha estado permanentemente chocado por el disgusto y acoquinado por el miedo. Las cosas no cambiaron, cambiaron los personajes y la forma de repartir, que es, ahora, con socios internacionales ávidos y sin escrúpulos, que juran por cualquier moneda la fidelidad que sólo la complicidad garantiza.
Cambiar la mentalidad del elector oficialista, tan influenciada por esa actitud que hemos convenido en llamar “política” y que tiene que ver más con asociación para explotar y delinquir, es muy difícil. Tan es así, que las mentiras, antes simples tapaderas y engaña bobos, ahora son la regla y nadie del oficialismo las disimula. La mitomanía es practicada hasta el delirio. Hasta los trinos tienen traducción y las ilusiones son realidades incontrovertidas y dogmáticas.
Durante estos días de campaña electoral hemos oído hasta la desesperación las mentiras del oficialismo y las denuncias de la verdad que ha hecho la oposición.
Para calibrar aún más la actual posición del gobierno frente a las falsedades de su actitud, decidí releer la propuesta del oficialismo como programa electoral del candidato designado por Chávez. El programa propone cinco objetivos importantes y en cada una de ellos nuevas situaciones y cargos públicos. Algunos pasan desapercibidos, como el quinto objetivo: “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.” Para lo que propone el programa: “Continuar la lucha por la preservación, el respeto y el fortalecimiento del régimen climático conformado por la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático y su Protocolo de Kyoto.”
El oficialismo ha presentado al elector ese programa rimbombante mientras que el Presidente (E) candidato, con cuatro meses en funciones, no se ha ocupado de pagar a la Organización de las Naciones Unidas el dinero que debe Venezuela y que le permite formar parte y votar a la hora de la toma de decisiones que afectan al planeta en todos los ámbitos. Es pues un programa electoral insincero. Una falacia más.
Darnos cuenta del engaño y la burla a nuestras expectativas, refuerza y alimenta la decisión de votar por el candidato que mejor representa nuestras ansias de cambio y de veracidad. Capriles representa esa necesidad y a partir del lunes estaremos vigilantes y críticos de su gestión. Sin contemplaciones, pero con esperanza.

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