Los misterios.
(Artículo de opinión
publicado en la página 8 del diario El Nacional, el viernes 1 de febrero de
2013)
La política venezolana es
asombrosa. Está plagada de misterios que, como tales, son inexplicables,
sorprendentes, increíbles y apasionantes. Quizá por eso es tan atrayente, hasta
el punto que su discusión supera cualquier otro tópico de conversación o
noticioso y, al no tener soluciones evidentes, se constituye en un tema circular
inagotable que genera dependencia y pérdida de la autonomía.
Hay otros temas que causan
efectos similares en los individuos, ya que se presentan con ropaje misterioso
y sin orientación definida, que los hacen más atrayentes y generan mayor
pérdida de la autonomía del ciudadano. Uno de esos temas es el de la enfermedad
y tratamiento del Presidente de la República. Desinformación programada que
afecta a todos y termina por ser origen y motivo de desespero ciudadano y
asidero de dominación política oficialista.
Misterios venezolanísimos son
las cárceles y penitenciarías convertidas en Spa y guaridas de protección para
pranes y otros criminales. Pero las desgracias y retardos acaecidos a los reos tienen
que ver con la injusta distribución y funcionamiento de la justicia y las
matazones de presos y entre presos, son la consecuencia directa del
hacinamiento y del desconocimiento craso que muestran los encargados de
administrar las prisiones y cárceles.
Misteriosos en su contenido y
desesperantes en su manifestación son, también, Giordani y sus políticas
económicas, Rafael Ramírez el gran abarcador, el valor y presencia del dólar, las
aspiraciones del gobierno al graduar médicos parcialmente preparados e injustamente
convencidos de que sí lo están.
Pero el más grande e
incomprensible de todos los misterios es porqué tantos millones de ciudadanos
siguen votando por el oficialismo, siendo así que es evidente el atraso
socioeconómico, el rezago cultural, las carencias de bienes de consumo, las
dificultades para administrar la producción agroindustrial, las excesivas
importaciones, el descuido en el almacenamiento de alimentos, el descuido judicial y la justicia a voluntad
del gobernante, además de la inseguridad personal, de la falta de asistencia
médica de calidad y del notable y doloroso éxodo de tantos compatriotas, que ha
convertido a las familias venezolanas en grupos disminuidos en su fuerza y cohesión,
por la ausencia de muchos de sus miembros que decidieron buscar oportunidades y
paz en otras latitudes.
No entiendo que pasa con los
conciudadanos. ¿Cuál es el tema que los convence?
¿Darse cuenta por uno mismo, es
una opción?
¿Seremos algún día
una nación de ciudadanos, prácticos, analíticos, con los pies sobre la tierra,
objetivos y poco fantasiosos o seguiremos queriéndonos engañar con las
fantasías producidas en los laboratorios políticos interesados en la
explotación del pueblo y la exaltación personalista de un individuo?