Reflexión en Navidad
(Artículo de opinión
publicado en la página 10 del diario El Nacional, el viernes 21 de diciembre de
2012)
A pesar del interés en
reflexionar sobre la presencia de Jesús de Nazaret, no logro centrarme en el
dulce pensamiento de la Navidad y profundizar en el sentido de estas fiestas
cristianas.
Conmemoramos las Navidades con
los Nacimientos, las hallacas, el pan de jamón, las misas de gallos, las
patinatas y los regalos entre familiares y amigos. Además, es la fecha favorita
para vacacionar, comprar y alternar con amistades. Es la época de la alegría
compartida.
Sin embargo, en Venezuela los
políticos escogieron diciembre para efectuar elecciones, y la fatalidad lo
designó para mostrarnos la finitud de grandes personajes políticos, algunos por
su muerte, otros por su enfermedad. Y, para colmo, en 1999 se juntaron las
elecciones con las tormentas y los deslaves. Desde entonces la desgracia ronda
nuestros hogares.
Este año las elecciones regionales
se vieron entristecidas por la severa situación de salud del Presidente de la
República. La mortificación de sus seguidores y la entendible y solidaria
posición del pueblo en su expectativa de seguir contando con su líder, hizo que
cualquier consideración que no tuviese a Chávez como tema, no despertara los
intereses que en condiciones normales hubiesen crecido y formado parte de la
argumentación política necesaria para escoger electoralmente gobernadores y
legisladores.
La discusión no se centró en los
individuos. Realmente daba igual, la argumentación estuvo en complacer a Chávez
y dejarle claro la obsecuencia de sus seguidores y el apoyo del pueblo entusiasmado
por su especial liderazgo.
No reflexionar sobre esa
situación, se me hace difícil pero, a su vez, encontrar un camino claro que lleve
a un análisis profundo convincente y clarificador, me luce imposible.
Permanezco estancado en el inicio del pensar y no logro conseguir la clave de
lo sucedido.
¿Por qué Rangel Silva gana en
Trujillo y Ameliach en Carabobo, por qué pierde la oposición los estados
Mérida, Monagas, Nueva Esparta y Táchira, por qué pierde Pablo Pérez contra
Arias Cárdenas, por qué Capriles gana con sólo 6% de ventaja? ¿Por qué el CNE
no arbitra, sólo cuenta votos?
No encuentro respuestas
convincentes. Los argumentos no explican suficientemente los hechos. Solo se me
ocurre, y me cuesta aceptarlo, que el pueblo votó por quien le dijeron que lo
hiciese. “Acato órdenes” es hoy una
frase corriente en nuestro país, pleno de estructuras militaristas, jerarquizadas,
verticales, prejuiciadas y obtusas.
Sea cual fuere la explicación, lo cierto es que el oficialismo es mayoría, la oposición no ganó terreno y perdió bastiones. ¿Será que no sabemos hacer política? ¿Qué tenemos que hacer y decir para ganar adeptos a nuestras ideas y principios?
Sea cual fuere la explicación, lo cierto es que el oficialismo es mayoría, la oposición no ganó terreno y perdió bastiones. ¿Será que no sabemos hacer política? ¿Qué tenemos que hacer y decir para ganar adeptos a nuestras ideas y principios?
Si usted lector tiene respuestas
a estas preguntas, dígalo, que los demás, obviamente, no sabemos cómo hacerlo
mejor.