Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 31 de agosto de 2012

… hambre para mañana.


(Artículo de opinión publicado en la página 7 del diario El Nacional, el viernes 31 de agosto de 2012)
Como siempre, un refrán pone los puntos sobre la íes.
No cumplir con las necesarias e impostergables pautas de mantenimiento, prevención de accidentes y otras contingencias, en las empresas industriales básicas y de producción y refinación petrolera, así como en las vías de comunicación terrestre, aéreas y fluviales, para gastar ese dinero en pagar compromisos políticos y de propaganda oficiales e ideológicas y multiplicar las  dependencias del poder omnímodo del gobierno; ha devenido, como era de esperarse, en dolor por las pérdidas humanas y la desesperante percepción del horrible sufrimiento de las víctimas, la destrucción y rezago en la producción y optimización de nuestras industrias, así como en la casi imposibilidad de desplazarse por el país, retardo en la distribución de bienes y servicios y mayor inseguridad global para el ya maltratado habitante común y corriente, que no entiende de pasiones políticas sino de amor a su país y de seguridad para su familia.
Espero que el festín de regalos cuantiosos, dispendio armamentista, propaganda personalista local e internacional, renuncias y cambios de relaciones internacionales, compromisos impagables disimulados en la figura de trueques disparejos y cuasi permanentes, ataques a los empresarios y expropiaciones indiscriminadas, esté llegando a su fin. No sólo porque no habrá más que destruir sino porque la fuente de energía y dinero se está achicando, dada la dificultad en continuar operándola en condiciones seguras y rentables.
Siempre pensé, como todos, que dejaríamos a hijos y nietos, un país precioso con oportunidades y esperanzas de bienestar, paz y seguridad, suficientes para que el futuro mostrase la creación y consolidación de una nación próspera y ejemplar, en la cual vivir completase la felicidad de los ciudadanos. Hoy sabemos que no es así y, lamentablemente, no será así por muchos años.
Venezuela pasó de ser un país pobre y rural, a ser un país menos pobre, igualmente rural y productor de petróleo donde el peor problema, además de las dictaduras, fue cuando en el año 28 se rebelaron los estudiantes y en el 36 los obreros petroleros –porque no les daban agua fría–, de ahí en adelante y luego de muchas vicisitudes comenzamos a industrializarnos, a vivir en democracia, con algunos peros, pero democracia al fin, hasta ahora, que lo poco andado se ha desandado, que lo poco hecho se deshace. Hoy nuestros obreros no pelean por que les den agua fría, ahora tienen que hacer una “vaca” para comprar agua potable para beber y cloro para limpiar los baños. Y el gobierno sigue gastando y no mantiene, no previene, no actualiza y no abre nuevas fuentes de riqueza.
Qué lástima. Qué tristeza. Tanto perdido. Tanto sufrimiento y ningún propósito de enmienda. No tenemos perdón… Pan para hoy, hambre para mañana, qué locura.

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Médico psiquiatra en ejercicio