¿Identidad?
(Artículo de opinión
publicado en la página 9 del diario El Nacional, el viernes 13 de abril de
2012)
En una visita al Banco de
Venezuela para retirar una copia con chip de la tarjeta de crédito, me
informaron que mi cédula de identidad no era suficiente documento de identidad
y debía presentar otro más… Me negué a hacerlo.
La verdad es que no es la
primera vez que oigo semejante cosa. Ya me había pasado con algunos pacientes
que para retirar órdenes de compra de medicamentos en la división de drogas y
cosméticos del Ministerio del Poder Popular para la Salud, Departamento de Psicotrópicos,
deben llevar además de su cédula de identidad, un documento que se llama “fe de
vida” –expedido por la alcaldía–, aunque estén haciendo la gestión
personalmente y se encuentren ahí presentes, vivos y frente al funcionario.
¡Increíble, pero cierto!
En otras palabras, no hay manera
de demostrar que uno es quien es a través de los documentos oficiales, hacen
falta otros. Como si la Ley Orgánica de Identificación no existiese y esos
organismos estuviesen imponiendo una norma diferente, ignominiosa, denigrante e
irrespetuosa del ciudadano y de las leyes. En el Banco de Venezuela estaban
dispuestos a aceptar además de la cédula de identidad, cualquier otro carnet o
documento como prueba de mi identidad y hasta un carnet del hospital donde
trabajo que sirve para que los vigilantes no me confundan con un malandro y
para abrir las puertas automáticas de las zonas excluidas al público.
¿Qué es eso? ¿De qué se trata?
¿Qué pretende el gobierno? ¿No hay ya suficiente control de las personas y de
sus actos públicos y privados?
¿Por fin se dio cuenta el
gobierno de que el festín de cedulados a lo largo de estos años, para que
votasen en las elecciones, está dando sus frutos de engaño y fraude?
¿Para votar en las elecciones
del 7 de octubre necesitaremos presentar algo más que la cédula para
identificarnos, qué será, el carnet del PSUV?
¿Llegará el momento en que para
demostrar quién soy tenga que avalar mi naturaleza el Consejo Comunal o el
sátrapa local, el de la esquina?
Así como está resultando cada vez
más difícil a los venezolanos probar quienes somos y terminaremos dependiendo
de otros para aseverar y garantizar que somos quien decimos ser, a pesar de la
partida de nacimiento, de la cédula de identidad y del pasaporte, también
debemos esperar que cada vez sea más fácil para el gobierno decidir que no
somos quienes creemos que somos y por tanto no existimos. Sólo existirán
aquellos que ellos quieran que existan, a los fines que a ellos les interesan y
no a los que nos interesan a cada uno de nosotros como individuos que somos o
como colectivo que aspiramos ser.
Hay algo absurdo y criticable en
esas solicitudes de documentación de identidad complementaria. Cualquier carnet
que se tenga, falsificado o no, complementa la identidad de un venezolano… Simplemente,
no puede ser. Es indignante.