Así no es
(Artículo
de opinión publicado en la página 7 del diario El Nacional, el viernes 16 de
marzo de 2012).
Las cosas no están bien,
no andan bien, no se sienten bien y parece que no van a mejorar. Me refiero al
ambiente sociopolítico nacional.
En los pocos días desde que la
oposición escogió candidato presidencial y algunos de los candidatos a
gobernadores y a alcaldes, parece que el juego político está a punto de trancarse,
a menos que se calmen las pasiones que se están despertando entre los
contendores. En Cotiza casi matan a tiros a Capriles. A los periodistas los
cargan a monte, a los de Globovisión los empujan, les pegan, los roban y ya
solo falta que los ejecuten. Los culpables de esos desmanes –obvios a la vista
de cámaras y testigos– según el oficialismo, sin embargo, siempre son las
propias víctimas. Es el mismo caso de las mujeres violadas, que el verdadero
culpable –según algunos– es el pantaloncito ese incitador…
En la oposición hay situaciones
criticables, por ejemplo, algunos de los candidatos a alcaldes se sienten
elegidos y ya hablan, planean y constituyen grupos y modelos de transición. Hay
quienes solicitan información detallada de las alcaldías. La desproporción
entre ser candidato y un año de espera para las elecciones es evidente y
ruinosa. La esperanza en crecimiento puede estancarse y hasta sumirse en la
desidia o en la fantasía de utilizar lo que no se tiene, todavía.
El país ha estado gobernado
–bien o mal– desde la Habana y los ciudadanos en vez de entender que el
desgobierno comienza por el desprecio de lo propio y el aprecio envidioso de lo
ajeno, piensan que la constitución lo prohíbe. También prohíbe robar, matar,
las coimas, etc. Y ahí están, por todas partes. Algunos dicen que los
venezolanos no apreciamos lo que tenemos y la mejor prueba es que ensalzamos la
educación, el orden, la limpieza y el respeto a las leyes, de otros países,
pero aquí nos comportamos de forma insolente e irrespetuosa con los demás y con
el medio ambiente. Muestra tanta desconfianza en su país quien pretende que
Cuba, Bielorusia, Irán, Siria o China merecen imitación e invitación a
invadirnos ideológica, social y económicamente, como quien lo hace con los EEUU.
El modelo político de Siria y su
manera de reprimir la oposición a través de la agresión militar brutal, es exaltada
y públicamente utilizada como una amenaza contra la oposición venezolana, según
dijo el Presidente de la Asamblea Nacional.
Tenemos un país que ya no sabe
andar derecho. Muchas leyes, muchas normas, muchas críticas, pero no hay
aceptación, tolerancia, solidaridad, conmiseración, confianza, inclusión ni
respeto.
No es un candidato presidencial
vivo o muerto quien va a cambiar las cosas. Nos toca a todos adoptar una
actitud positiva, respetuosa, firme y determinada, que muestre el camino a
quienes vienen detrás. Ellos deben aprender de nuestra actitud, para ser
mejores.