Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Reflexión de Navidad


(Artículo de opinión publicado en la página 9 del diario El Nacional, el viernes 23 de diciembre de 2011).
Este año hemos vivido muchas tensiones y no  hemos tenido paz. Cuando no es una cosa es otra: o es el dólar prohibido o es la escasez de alimentos, medicinas, repuestos, cabillas y cemento; o es la intranquilidad por las expropiaciones, confiscaciones, invasiones y detenciones sin juicio inmediato o son las acciones y decretos imponiéndonos un régimen socialista de nuevo cuño y viejos predicamentos, que no se compagina con lo que nuestra constitución dice; o es la falta de respeto por las ideas y orientación política del individuo o es lo que ha resultado de la impunidad y la inseguridad: el ensañamiento y truculencia de la criminalidad actual; o son las lluvias pertinaces o es la expectativa angustiosa de un nuevo y artero decreto de fin de año.
Hemos visto a nuestros médicos vilipendiados, desplazados y a nuevos médicos integrales comunitarios, insuficientemente preparados, llenos de esperanza y con vocación de servicio, enfrentarse al hecho de darse cuenta de su actual limitación formativa, sabiendo, además, que están en hospitales sin dotación adecuada y anticuados en su estructura y finalidad. A esa frustración se le añade la comprobación mediática de que la atención médica especializada es intensa e internacional para unos e insuficiente y escasa para los demás.
La realidad es que aquí estamos, preparándonos para una elección que capta nuestras expectativas de progreso, de cambio y de estabilidad y seguridad. ¿Cómo va a suceder eso? No lo sabemos, ni lo podemos inferir, siendo aventurado y poco serio especular al respecto.
Luego de haber vivido todas las situaciones que este gobierno ha planteado y que no obedecen a ninguna sesuda estrategia, sino a las veleidades e intereses puntuales del gobernante y sus secuaces, se da uno cuenta de que no podemos hacer muchos planes. Podemos expresar deseos y fantasías, nada más.
De las primeras tareas a realizar por el nuevo Presidente, si es que asume el cargo, ya que la negativa a entregar el coroto está en las palabras de algunos capitostes del régimen –no obstante haber dicho públicamente el jefe máximo que sí entregaría el gobierno si no fuere elegido– estarán las de averiguar de qué es el Presidente, qué quedó de Venezuela.  Ni siquiera el gobierno sabe lo que tiene y lo que debe. El volumen de cuentas por pagar en dinero y en penalidades legales es tal, que ya ni lo contabilizan.
Las realidades del futuro nos obligarán a enderezar las cargas y lo haremos, y eso es lo que habrá de plantearse el Presidente electo en octubre de 2012, según encuentre las cosas, luego de profundos análisis y auditorias.
Entretanto, y como siempre, nos encomendaremos a Jesús, que por cumplir un año más y sentir nuestra fe y devoción, sin duda nos alentará a escoger los caminos adecuados con determinación y felicidad.

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Médico psiquiatra en ejercicio