¡Hola, Leopoldo
(Artículo de opinión
publicado en la página 8 del diario El Nacional, el viernes 28 de octubre de
2011)
Estoy muy
pendiente de las noticias que tienen que ver contigo. Particularmente aquellas
que se refieren a la batalla por ejercer el derecho de ser elegido y de ejercer
el cargo que te ofrezcan los votantes.
Está claro
que hay algo injusto, revanchista y artero, en la manera como el gobierno y sus
amalgamados componentes han afrontado su necesidad de apartarte de la política
nacional. Afortunadamente, hasta el momento, sólo han recurrido a la acusación
falsa, la descalificación, el insulto y al desgaste energético y económico de
tu parte, al hacer creer que participan en los debates legales de buena fe.
Que eso no
iba a ser así, era obvio. Todos lo sabíamos, pero las batallas hay que darlas,
ya que perder alguna, no es perder la guerra. Además, si el muy poderoso,
taimado y traicionero contrario, acude al campo de batalla, es un triunfo. La
pelea jurídica y moral, como en este caso, desnuda los contrincantes y se les
ve el plumero, como decimos en criollo.
El cinismo,
la sorna y la sordidez de los argumentos esgrimidos por los jueces supremos,
contrasta con el denuedo, la serenidad, la paciencia y la determinación que has
mostrado.
Algunas
bondades tendrá que traer esta última parrafada legal que acepta que no acepta
lo que de entrada tenían que aceptar. Que demuestra, una vez más, la plena
vigencia de Cantinflas como espejo del estro latinoamericano y el inmenso valor
del lenguaje castellano reflejado en aquel viejo refrán: ¡Qué bien dijo aquel
que dijo, cuando dijo lo que dijo!
Y llegamos
entonces al CNE, que la última vez que fuiste a postularte rechazó tu
inscripción en razón de que si eras elegido estando inhabilitado
administrativamente, no podrías ejercer el cargo y, ahora, como las cosas no
han cambiado pero se dicen diferente, anularon la resolución y sí te puedes
inscribir como candidato, aunque luego no puedas ejercer el cargo si eres
elegido.
Está
clarísimo. No hay dudas. Tienes que inscribirte y si salieses electo, quiero
ver que haremos los votantes. Lo que hará el gobierno ya no me interesa.
Ahí está el
verdadero sentido de lo que está pasando y ha de suceder en este país.
Tenemos las
expectativas de lograr llevar integridad y sano ejemplo al poder
constitucional, de dar la pelea con la sobriedad y firmeza que exige la
seguridad de nuestro desempeño para el futuro y de mostrar la determinación de
poner nuestras vidas al servicio de nuestros semejantes y exponernos, física y
moralmente, al cumplimiento de la solidaridad ciudadana.
Ese es el
candidato que esperamos. Si llenas esos extremos y si los otros candidatos a la
nominación presidencial opositora los llenan, mejor, si no es así, que se
retiren. No necesitamos el miedo, ya hemos temido bastante. Basta de esquivar
nuestras realidades y posponer el futuro. Afrontar es la regla.