Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 11 de noviembre de 2011

¡Médicos!


(Artículo de opinión publicado en la página 7 del diario El Nacional, el viernes 11 de noviembre de 2011)
Desde que los humanos captamos nuestras semejanzas y nos identificamos como tales, comenzamos a utilizar saliva, agua, hojas, frutos y minerales para “curar” o “aliviar” nuestro sufrimiento y el de los demás. Luego nos hicimos más expertos y escogimos a los más exitosos aliviadores de males como médicos. Su atención fue siempre primordial para nuestra paz interior y seguridad ante la vida.
Al principio, la salud física, emocional y espiritual estaba en manos de la misma persona, considerada poseedora de sabiduría ilimitada y poderes extraordinarios: Chamanes, Piaches y curanderos. Salvo raras excepciones, quienes se dedican a esa actividad altruista de luchar por la salud de los demás, han sido personas que con fe indestructible y dedicación inflexible, han estudiado la naturaleza y a los seres humanos en desgracia, logrando encontrar alivio a su sufrimiento.
En todo caso, la preparación de los médicos dura toda la vida. Cada enfermo y cada día que pasa es un aprendizaje. Pero la formación básica del médico, antes de lanzarse a ejercer era muy variable: desde interminables años al lado de un iluminado o un chamán, conociendo hierbas, tierras, animales y aguas, hasta tres semanas con un afamado médico en el siglo XVI. En el medio, seis años de carrera universitaria ni es poco ni es mucho, es sólo el principio.
Siempre ha sido fácil calificar los conocimientos del pasado. La historia de la medicina es tan interesante como la de los grandes médicos y tan atrayente como la más emocionante aventura. Pero lo que era cierto hace 350 años no lo es hoy. El cristal con el cual miramos nuestras necesidades profesionales es diferente. El cristal con el cual nos miran los pacientes también ha cambiado.
El tiempo ha decantado los tipos de médicos, algunos pasaron de barberos a cirujanos. El camino que lleva la Medicina actual es adecuado y la formación de los médicos es cada vez más intensa, profunda y tecnológicamente avanzada. Pero, entretanto, llámense como se llamen: Doctores en Ciencias Médicas, Médicos Cirujanos o Médicos Integrales Comunitarios, lo que es cierto, a mi manera de entender, es que a todos nos ha movido a escoger esta profesión el deseo inalienable de ser útiles a nuestros semejantes.
No debemos descalificar a nadie. El tiempo y la salud de las personas demostrará las bondades de uno u otro sistema de estudios o de ambos. Las razones esgrimidas por los propulsores de la medicina integral no las comprendo bajo la luz de la medicina que ejerzo, que es preventiva, curativa y pretende aliviar el sufrimiento. Supongo que las otras también.
No sé qué pretende el estado con la Medicina integral, no ha habido explicaciones, solo descalificaciones. Lo que sí sé es lo que pretenden los estudiantes de medicina de una u otra denominación: ¡aliviar el sufrimiento!

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Caracas, Venezuela
Médico psiquiatra en ejercicio