Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Ahora, ¿sí somos médicos?

(Artículo de opinión publicado en la página 7 del diario El Nacional, el viernes 16 de septiembre de 2011)

Ahora, ¿si nos necesitan? Nos preguntamos los médicos que ejercemos en este país con licencia expedida por las autoridades de la sanidad pública.

En los últimos doce años, los médicos hemos pasado por toda clase de manifestaciones de rechazo por parte del gobierno y por parte de los seguidores del proyecto oficialista. El rechazo ha llegado hasta la descalificación y el insulto. Con frecuencia se nos ha acusado de todos los males, de todas las posibilidades de ser inmorales, de no tener respeto por nuestros semejantes, de ser interesados sólo en nuestro provecho personal. De ser explotadores, agiotistas, especuladores y malos hijos de la patria.

Fuimos sustituidos en la atención primaria del venezolano por personas que siempre estimamos de buena voluntad, pero que han sido vilmente explotadas, que fueron traídos a ejercer su experticia paramédica en sitios donde los venezolanos no podíamos acudir por temor al maltrato criminal. A ellos también los maltrataron y eventualmente tuvieron que abandonar los módulos de atención. Quienes diseñaron esa política de atención sanitaria extranjera de baja e insuficiente calidad, antepusieron su odio político al cuido y atención adecuados del ciudadano.

Venezuela se fue drenando de médicos. Escaparon, con razón, del maltrato y de la limitación de su ejercicio profesional autónomo. Los hospitales públicos se fueron deteriorando aún más de lo que estaban y los servicios que prestaban disminuyeron al mínimo. Hay hospitales importantes que no atienden emergencias ni efectúan cirugías, por falta de equipos, insumos y médicos.

La Medicina venezolana para 1998, era de las más reputadas y tanto los médicos que estaban en el país como aquellos que se había ido a otras latitudes a formarse o a ejercer, eran y son considerados excelentes.

Hace tres días, las cosas como que cambiaron y con actitud paternalista que denota más autoritarismo que compromiso, consenso, diálogo o respeto por lo que realmente podemos hacer, nos pidió el Presidente que trabajemos juntos. Que reconozcamos errores de parte y parte.

Ojalá que la oportunidad abierta sea positiva y buena para el país. Yo lo dudo. Creo que el mal ya está hecho. Pasarán muchos años hasta que el pueblo venezolano vuelva a depositar su confianza en los médicos. No es atendiendo en los hospitales todas las solicitudes de servicio, sin cuestionarlas, que se va a arreglar esa imagen marchita, es con diagnósticos acertados, con atención ágil y moderna, con equipos al día, con medicamentos de calidad y accesibles y con respeto por quienes ejercemos esta profesión, que no sabemos como defender nuestra imagen pública de la agresión artera, desmedida y descalificadora de políticos revanchistas y envidiosos del calor humano, y el respeto que puede desarrollarse entre un médico y sus pacientes.

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Caracas, Venezuela
Médico psiquiatra en ejercicio