Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 24 de junio de 2011

Humanización y desidia

(Artículo de opinión publicado en la página 7 del diario El Nacional, el viernes 24 de junio de 2011)

Impresionante y lamentable es el estado de algunos servicios e instituciones en Venezuela. Algo que jamás imaginamos, a pesar de los comentarios de amigos y parientes que vivieron los estragos de las guerras mundiales del siglo XX.

Un amigo, polaco de origen, francés de nacimiento y venezolano por guarimba, ante la negligencia mortificante, la postergación incomprensible, el gasto derrochador y la falta de calibración adecuada de nuestras necesidades más imperiosas, decía, sin ambages, que como pueblo nos hacía falta “una guerrita”, no por los muertos ni por las peleas, sino por la miseria, las carencias, el caos y la falta de oportunidades. “Así aprenderán a cuidar, mantener, ahorrar, proteger y luchar para obtener lo que desean y necesitan”.

Estamos enfilados hacia una Venezuela devastada, con muchas carencias y dominada por una clase política que ampara situaciones inaceptables e ilegales y ha hecho de la postergación, la exclusión, la descalificación, el chantaje y la tergiversación, su orientación ciudadana.

Todas las crisis que hemos atravesado en los últimos años tienen un denominador común: la desidia.

La negligencia, el desinterés y las responsabilidades no cumplidas pueden ser fácilmente disimuladas y endilgadas a otros. Al final se verán las costuras, mientras tanto la culpabilización de los demás brinda una suerte de alivio existencial: “Yo no fui”.

El afrontamiento final vendrá con el fracaso. Irrecuperable en la mayoría de los casos, será disimulado con juegos de palabras y costosas ingenierías financieras, hasta que lo mismo suceda otra vez. Es el cuento del gallo pelón…

Los problemas de la electricidad, conocidos desde hace 13 años. Los de las cárceles, conocidos desde La Rotunda. Los de la salud, conocidos desde que se dominó el paludismo. Los problemas financieros, la corrupción, la ineficiencia judicial, el planeamiento urbano, el transporte público, las carreteras y el rezago en la extracción de gas y petróleo, son las muestras más visibles de nuestras carencias.

¿Qué es humanizar las prisiones? ¿Qué es ahorrar energía eléctrica? ¿Qué son servicios de salud integrados? ¿Frases altisonantes que no definen nada?

Limpiar, decorar, amueblar, etc., no humaniza una prisión, como tampoco lo hace el desarmar y mudar los líderes problemáticos o dejar que se maten entre ellos. El ahorro propuesto de electricidad no solucionará el problema de la falta de inversión y mantenimiento del sector; por el contrario, nos hará más evidente que el gobierno aumentó la tarifa y disminuyó la producción.

Parece que lo importante es no cambiar, es dejar que las instituciones y los servicios se deterioren y así podrá el gobierno decir que aquí somos cada vez más iguales, porque el socialismo del siglo XXI es la popularización de las carencias y la masificación del caos.

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