Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 13 de mayo de 2011

En todas partes

(Artículo de opinión publicado en la página 7 del diario El Nacional, el viernes 13 de mayo de 2011)

El venezolano piensa que sólo aquí pasan las cosas que pasan aquí. Que sólo a nosotros nos toca un presidente que solamente apoya y favorece a los suyos; que sólo en Venezuela la oposición se retira de las elecciones y deja que gane corrido el oficialismo y hagan lo que hicieron. Sólo aquí nos parece que es trampa lo que en realidad es la oportunidad para otros de aprovechar nuestra desidia.

No nos queda más camino que reconocer que el gobierno actual es el gobierno más incompetente, indolente y enredado que pudimos haber tenido, pues, si después de los sucedido en las elecciones a las que no asistió media Venezuela, teniendo en sus manos la totalidad de la Asamblea, la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, no han logrado más que críticas, siguen haciendo falsas promesas y su propia ineficiencia se les ha hecho insoportable, son, indiscutiblemente, incapaces de gobernar con visión de futuro, de resolver las necesidades del pueblo y además nos han creado la inmensa e impostergable necesidad de cambiar de gobernantes.

Esta vez no habrá abstencionismo, votaremos sabiendo a lo que nos vamos a enfrentar si ganamos: arreglar el país. Que será tarea inmensa, lenta y sofocante.

Pero, cómo decía al principio, no somos los únicos que estamos ante un predicamento semejante. Por ejemplo, en estos días se llevarán a cabo las elecciones en Singapur, un pequeño país gobernado por el mismo partido (PAP) desde su independencia en 1965. La figura tras bambalinas, el cerebro gris, de 87 años de edad, en su elección Nº 14, ha advertido a los votantes sobre las consecuencias de votar en contra del PAP: “Debéis esperar que el PAP se ocupe de sus circuitos electorales primero… tendréis cinco años para vivir y arrepentiros.” Lenguaje sin retórica que denota poco respeto por las libertades individuales y colectivas.

¿Tendremos que aceptar que el que gane se ocupe de sus votantes primero? Ya es hora de que los candidatos, todos, nos den las garantías de que el que gane se ocupará de todos por igual, sin listas de ningún tipo que identifiquen sus votantes y, por tanto, los privilegiados a atender y tomar en cuenta.

En su rabia por el fracaso de sus políticas, la oposición ha cometido errores garrafales, han sido más idealistas que realistas y han supuesto más actitudes que las que han podido adoptar. Ya basta, hay que ser prácticos, hay que mirar hacia delante, confiar en el pueblo y ofrecerle equidad y justicia, seguridad y asistencia, educación y entretenimiento, trabajo y vivienda. Hay que patear la calle, subir las escaleras y atender las carencias.

No podemos perder más tiempo en listas de votantes, en criticar y condenar lo obvio o en atacar a los otros candidatos.

El que tenga algo que decir para el futuro de Venezuela que lo diga y si no que haga algo por los demás.

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