Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

sábado, 5 de febrero de 2011

¡Mojen las bardas!

(Artículo de opinión publicado en la página 9 del diario El Nacional, el viernes 4 de febrero de 2011)

Si ves las bardas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo.

Jamás pensé que habría polémica sobre si eran barbas o bardas. Para mi está claro que son las bardas y más aún, que se trata del esbozo de techo de paja de algunas covachas o pequeños ranchitos, para resguardar a los animales de las inclemencias del clima o de los ávidos ojos de la mala intención. También podría referirse a vallas o cercas de maleza, paja o arbustos, de fácil combustión.

En todo caso, se trata de que se pueden encender rápidamente en la proximidad del fuego o del excesivo calor del verano, por tanto, cuando hay peligro de incendio, deben mojarse rápidamente; no tanto por la paja en sí, más por lo que ocultan o, digámoslo claro, defienden de la codicia ajena.

Varias son las personalidades de las letras que han discutido el tema y no están de acuerdo sobre qué es qué, pero sí lo están en que más se usa “barbas” que “bardas”. A mi me da igual. Barbas, es más directo. Bardas, es esquinado y hasta raro para nuestro sonoro y musical español latinoamericano. Barbas, es evidente, aunque oculte un rostro. Bardas, es un tanto obtuso, poco claro y oculta algo diferente a un rostro, podría ser un bien de valor que se pretende mantener en secreto o una actitud vital contraria a lo esperado por el común de las gentes.

¿Quién sabe…?

Lo sano y lo prudente es mojar y remojar tanto las barbas como las bardas, porque el fuego está cerca y el calor se siente incómodo y contagioso, como cuando tocan una buena salsa, que primero la oímos, luego nos dan ganas de movernos un poco y comienza, allí mismo, una incomodidad que sólo se alivia cuando echamos un pie y además seguimos el ritmo con brazos, hombros y caderas.

¡Así se siente el ambiente, todo está listo para romper a bailar y lo que viene es joropo! Aunque suene como la música de Shakira, que se le sale el árabe por los poros y por los ojos. Ritmo hay en el ambiente y el ritmo que hay es muy, pero muy contagioso.

Mojar los techos de los ranchos para que no ardan es una medida preventiva, mantener las cercas mojadas, es otra. Quizá las medidas de no informar, tirar cortinas de humo, apagar la red de Internet, bloquear los buscadores, recortar la comunicación telefónica y la venta de papel para imprimir, sean un poco demasiado explícitas y conviertan la simple prevención o aviso en una tácita aceptación de que aquí, en Venezuela, hay un gobierno que se parece por lo autoritario, jaquetón y descarnado, a algunos gobiernos del oriente medio y del norte de África. ¡Qué coincidencia!

Mojarse la barba será una buena medida para no quemarse el cutis, los belfos o las mejillas. Si pierdes la barba se te verá la cara como es. Para nadie será una sorpresa tu verdadero rostro, pero para ti sí, pues todavía crees que eres poseedor absoluto de la verdad y del único criterio posible sobre como ejercer la oposición. Sólo tú sabes cómo y qué debemos hacer los demás. Solo tú sabes cómo debemos hablar y qué debemos decir. Sólo tú sabes cuantos tiempo debes mandar en el país. Si te fallamos en tu exigencia, castigas a la mayoría de los venezolanos con tu desprecio y con la continuación de la habilitante.

¡Ponte las pilas patrón! Recula. Pon tus bardas en remojo que nosotros estamos elevando la temperatura de nuestras almas y pasiones, pues aquí estamos todos tocados por la valentía y el arrojo de los estudiantes egipcios, tunecinos y árabes en general.

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