Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 22 de enero de 2010

Competición parlamentaria

(Artículo de opinión publicado en la página 9 del diario El Nacional, el viernes 22 de enero de 2010)

Para competir, primero, hay que saber en que se compite, segundo, ver y estudiar a los competidores, conocer las reglas y confiar en el árbitro.

Para ganar, primero, hay que llegar a la meta y, segundo, hacerlo de primero.

Para prepararse para la competencia, primero, hay que saber hacerlo, tener experiencia y estar física y mentalmente preparado, segundo, tener apoyo (“sponsor”) y por último, mantener la autoestima alta y las expectativas vivas, ardientes e ilimitadas. En competencia de nada valen las metas parciales o las aspiraciones segundonas. Ganar, ganar, es una consigna ilimitada y generadora de energía vital.

La carrera que se avecina, al rápido paso del muy lento pasar del tiempo, es nada menos que las elecciones parlamentarias del próximo 26 de septiembre y, a decir del rector del Consejo Nacional Electoral, Vicente Díaz, esta será una carrera desigual, con ventajas evidentes para algunos que correrán casi sin competencia y desventajas, no tan evidentes, para otros que correrán un maratón con obstáculos y en subida.

Como siempre, ninguna novedad. Ya lo sabíamos.

La política de no información, de desinformación y de entrabamiento, está vigente en todas las instancias. Las circunscripciones electorales han sido reagrupadas de manera tal que garantizan el 38% de los escaños oficialistas y las razones técnicas para eso no son del conocimiento del rector Díaz, mucho menos de nosotros, votantes ingenuos, pajaritos desprevenidos. Bueno, al menos eso creen los crecidos ególatras gobernantes de este país, que se estimulan con las fotos de Marx, la promulgación de leyes a posteriori de las decisiones tomadas por el ejecutivo, sin procedimientos administrativos ni judiciales previos y luego, erotizados y jadeantes, se limpian con la Constitución.

Pero nos veremos en la bajadita, por que tanta manipulación estratégica tiene un costo y ese costo se multiplica por momentos. El pueblo no es tonto ni los opositores se chupan el dedo. A la repetitiva manipulación electoral le seguirá, a no dudarlo, un voto revanchista, cargado de insolencia y agresividad, la misma con la cual han tratado durante casi doce años a este pueblo que no se merece los bajos salarios, la alta inflación, la destrucción del aparato productivo, el estrangulamiento del comercio, el descalabro de los servicios públicos, el abandono de la atención médica, ni la insostenible inseguridad personal y jurídica.

Ahora estamos en esta lucha desigual, mañana volverán las tornas (Chile dixit), como siempre sucede, y entonces veremos si los que hoy tienen que luchar duro para conseguir las victorias serán capaces de la generosidad suficiente como para que el juego democrático continúe y no volver a caer en lo que ya fue dictadura en el pasado y es hoy autoritarismo descarnado e injusto.

El calor del juego está arreciando. Mantener la cabeza fría, la creatividad y la actitud constante y decidida es primordial. Los errores se multiplican, la insatisfacción crece rápido y desmedida. La inseguridad permea el ámbito de la vida del venezolano. Hartos de tantas manipulaciones y mentiras, esperaremos activamente el cambio que nos vamos a dar, compitiendo en desigualdad de condiciones, boxeando con una mano atada, pero seguros de dar la pelea y ganarla por la perseverancia, el ejemplo y el entusiasmo.

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