Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 17 de octubre de 2008

Susto

(Artículo de opinión publicado en la página 13 del diario El Nacional, el viernes 17 de octubre de 2008)

Una de las ventajas de la tercera edad es que, aparte del medio pasaje, pocas cosas nos sorprenden. Ya hemos visto y padecido bastante, tanto de lo bueno como de lo malo. Ahora esperamos con más paciencia, calibramos prudentemente las palabras de los políticos y añoramos el ímpetu juvenil.

Sin embargo, en estos últimos días, debo confesar, sentí sorpresa e indignación ante mi propia ingenuidad y falta de previsión. Un susto mayúsculo que terminó en taquicardia y en este artículo.

Súbitamente, caí en cuenta de que la abstención electoral sigue siendo el mayor peligro para el futuro de Venezuela. Por varios meses había dejado de tener en un primer plano de observación ese aspecto de la actitud del venezolano. Me estaba engañando. Daba por sentado, como casi todos, que ante la debacle gubernamental actual, nadie dudaría en votar; unos por defender su desilusionada confianza en Chávez y otros para acompañar nuevos proyectos de gobierno. Obviamente, la discusión política puntual, los acontecimientos locales y mundiales y el sórdido asunto de la maleta, me ocultaban el panorama real de las futuras elecciones.

Francamente, me preocupaban más la actitudes de Acosta Carlez, Tascón, Baduel, el PPT y Podemos, todos con banderas de oposición y esquemas chavistas e igualmente sectarios y excluyentes. Todos ellos piando a posteriori, confiando en la corta memoria del ansioso y esperanzado votante. Todos ofreciendo sus personas, sus imágenes, sus actitudes, pero ninguno ofreciendo un proyecto político diferente del vigente. Ofertas de protagonismo personal: yo, conmigo y tu me apoyas y si no votas por mi estás contra mi y contra todos.

Lo mismo de siempre.

Estuve mortificado por que la oposición, que ha hecho un esfuerzo de agrupamiento muy importante, no terminaba de decidir entre algunos candidatos a alcaldes y no hace planteamientos políticos contundentes y resteados. Sin embargo, han jugado muy bien sus papeles publicitarios y sus retardos han incitado la pasión electoral en muchos, que al ver las soluciones negociadas se sienten más aliviados cara al futuro y ven más cerca la posibilidad de ganar algunos espacios políticos y no perder los que se tienen.

Total, mi mente, al igual que la de muchos otros compatriotas, desviada de lo esencial, paseaba cómodamente por los supuestos y deseados esquemas electorales de cómo se compartirán las fuerzas políticas en las próximas elecciones del 23 de noviembre. Pero en la encuesta que leí en los periódicos el pasado lunes venía la bomba de tiempo, la granada, el verdadero golpe a la democracia y a la estabilidad política, económica y social de este país: la abstención sigue siendo la primera fuerza política unida, sólida, terca, obstinada y generadora de desesperanza y ruina.

Así que, como en otras ocasiones, vuelvo a solicitar de mis lectores que asistan a votar, que no entreguen la única posibilidad práctica de ganar el juego. Que no se repita el evento catastrófico de no contar con parlamentarios que representen el espectro político nacional.

No apoyar a quienes disienten del actual gobierno, es muy grave, Chávez lo sabe y por eso, amenazando e insultando, pretende inhibir a los votantes por los candidatos de la oposición. Pero, si gana la oposición, aún sin dinero en las arcas estadales o municipales y sin apoyo del gobierno central, tendremos que poner al país en vías de renovar los cuadros políticos y de rehacerse como nación.

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