Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 3 de octubre de 2008

¿Quién dijo miedo?

(Artículo de opinión publicado en la página 11 del diario El Nacional, el viernes 3 de octubre de 2008)

" ...Tiene el miedo muchos ojos, y ve las cosas debajo de tierra, cuanto más encima en el cielo..." (Cervantes. El Quijote. Capítulo XX).

Ver cosas tan ocultas a nuestra mirada es producto de temores incontrolados. Así como el temor puede llevarnos a ver lo que no existe y nuestra fantasía explicar así el miedo, también el temor a los que temen puede devenir en pánico.

Escuchamos constantemente informaciones que muestran el temor del Gobierno.

Las presiones sobre las personalidades públicas son las más evidentes. A periodistas y políticos se les exige entregar su pasaporte para fotocopiarlo o anularlo. Una arbitrariedad. La duplicación de esfuerzos e información que representa ese acto es un signo de que le están pegando palos a todo mogote.

No saben de quién tienen que protegerse. El Gobierno teme, los ciudadanos tememos. Los que gobiernan, porque el picado de culebra se asusta con un bejuco y los demás, porque no sabemos lo que se les pueda ocurrir a los asustados.

La política de represión y suspicacia promovida y amparada por quienes interpretan las leyes y la Constitución a su gusto y utilidad, ha dado frutos: cada vez hay menos libertades y las que todavía tenemos, al menos en el papel, cada vez son más difíciles de ejercer, aunque todavía podemos decir lo que nos parece, pero... ¿hasta cuándo? Mi instinto de supervivencia me indica que tengo la oportunidad de seguir diciendo lo que pienso por más tiempo que aquellos que están siendo acosados. Pero mi fortuna de hoy se esfumará en el futuro, pues no está en mí flejar y no está en quienes gobiernan el país dejar de culpar a otros por su ineficiencia y por los males que nos aquejan.

El uso de la manipulación, la información retardada y tergiversada, la cortina de humo, las noticias apabullantes y la amenaza velada son armas propias del desespero y del miedo.

Pensar que alguien es sospechoso porque no se manifestó en contra o a favor de una denuncia de complot por parte del Gobierno, es tan estúpido como pensar que la Asamblea es cómplice del asunto de la maleta porque no se ha pronunciado al respecto.

Le tengo pavor a la posibilidad de un magnicidio o de un golpe de Estado. Espero que el Presidente termine su período de gobierno, si es posible por un referendo revocatorio, y pueda él ver cómo surge, después, la Venezuela que otros queremos.

Los sacrificios de estos últimos diez años, el malestar continuado, la insatisfacción, la inseguridad, así como la irritable incomodidad de ver que sistemáticamente y sin ningún respeto por la opinión de la mayoría se está paulatinamente cambiando nuestro sistema de gobierno, la educación, la administración de justicia, la producción de bienes de consumo y las industrias básicas, son sentimientos que no podemos desconocer y mucho menos arriesgarnos a que continúen. Hay que detener esos cambios inicuos y hay que hacerlo con los mismos instrumentos que nos han sido impuestos pero con una actitud ética diferente.

Las elecciones son primordiales y ganar posiciones es elemental. Las desviaciones de nuestra conducta ciudadana deben ser corregidas por la indicación de nuevos modos y caminos, no con el atropello, el encauzamiento ideológico o la imposición forzada de gobiernos. Defiendo el derecho de los venezolanos a darse por los votos el gobierno que les apetezca. Eso me incluye a mí y mis ideas políticas, eso incluye al Sr. Chávez y a su comparsa.

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