Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 8 de agosto de 2008

Pa’lante es pa’tras

(Artículo de opinión publicado en la página 13 del diario El Nacional, el viernes 8 de agosto de 2008)

En Venezuela, lo que dicen los gobernantes no tiene que ver con lo que hacen y hacen muy poco de lo que dicen.

Todo empieza y termina con el Presidente. Él es el más conspicuo personaje de esa incongruencia. Hablachento, fanfarrón y carente de filtros, es capaz de insultar, humillar y decir con desparpajo las más evidentes trolas que mente política alguna pueda concebir. Su capacidad para la mentira y el disimulo son obvias. Sus maneras de galán de placita y su jaquetonería impresionan local e internacionalmente. Sus propuestas, siempre dispendiosas, son acogidas con beneplácito y alegría por lugareños y extranjeros. Los cambios de timón son la regla más que la excepción y los nuevos rumbos marcados son imposibles por fantasiosos. Se cree sus propias mentiras y juega permanentemente al tira y encoje político y a la amenaza desestabilizadora. El resultado es un país sin rumbo, que da tumbos en política, economía y avances sociales.

Las esperanzas de tener una nación con organización legal y jurídica, estable y de cumplimiento serio, se desvanecen cada día. Las posibilidades de contar con un sistema financiero ágil, equilibrado y de alto rendimiento, cada vez son menores. Tener una industria fuerte que responda a las necesidades del país es una fantasía inalcanzable. Disfrutar de un servicio de salud de amplia y total cobertura, es otro imposible.

Vivir en la creencia de haber decidido nuestro destino ideológico y político, es otro cuento de hadas. Al “no” del pueblo a la constitución socialista, se le opone la introducción paulatina y subrepticia de leyes y normas en contradicción con la Constitución actual.

Las 26 leyes promulgadas por la habilitante en el último minuto y no publicadas de inmediato en la Gaceta Oficial, son de acatamiento obligatorio ya que el desconocimiento no exime de su cumplimiento. Son leyes “in pectore” ajustadas a la voluntad autocrática y mesiánica de quien, como dijo aquel otro autócrata absolutista: “Yo lo deseo, yo lo ordeno”.

Regresamos al trueque y a las monedas locales o comunales. De orgullosos poseedores de bancos modernos que cumplen su finalidad de intermediación dentro de un marco de regulación extrema, vamos pasando paulatinamente a entidades estatizadas de ahorro colectivo que se van a comportar como aquellas desgracias económicas que se llamaron “tontinas” y “casa grande” que generaron la ruina de muchos y la riqueza brutal de muy pocos. Contradicción evidente entre capitalismo y socialismo del siglo XXI a lo Chávez, que terminará con el sistema bancario actual para fundar cajas chicas inmensas y sin fondo para los proyectos políticos gubernamentales.

Justicia a dedo contralor sin mediación de tribunales, milicias amontonadas, fuerzas armadas politizadas, policías ideologizadas, economía con armadura, producción y distribución de alimentos a discreción gubernamental. Feudalismo socialista avanzado.

El pasado convertido y repotenciado en presente.

No es novedad que nos atrasen el reloj. Pero ya basta de soportar ese vaivén entre la esperanza y la cruda realidad del anacronismo y los experimentos socio políticos y económicos que ya otros vivieron con desgracia y poco éxito. Mostrar nuestro desacuerdo es primordial y plasmarlo electoralmente es imperativo, o terminaremos como los toros de cría, grandotes, fuertes, con unas bolotas, pero con un anillo en la nariz, amarrados, usados y abusados.

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