Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 30 de mayo de 2008

Debacle guerrillera

(Artículo de opinión publicado en la página 13 del diario El Nacional, el viernes 30 de mayo de 2008)

El Presidente Uribe ha enfrentado de forma diferente a sus antecesores la situación de violencia en Colombia. Ha ofrecido incentivos para la desmovilización a los paramilitares y ha incrementado la persecución a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a otros grupos armados, estrategias que no han sido del todo exitosas pero que trajeron como consecuencia la desmovilización de muchos paramilitares, la confesión de sus crímenes y la conmutación de la pena prevista por la ley a penas alternativas menores.

Detrás del incremento del acoso militar está la expectativa de que una guerrilla débil, insegura y cautelosa, es más fácil que negocie y más fácil negociar con ella, que una guerrilla fuerte, segura y arrojada.

Una demostración fehaciente del poder militar de Colombia, fue la incursión nocturna en un campamento de las FARC en el Ecuador y la muerte e incautación de las computadoras y otros medios electrónicos de Raúl Reyes, el segundo en el mando de las FARC. Posteriormente han salido a la luz pública las debilidades de las guerrillas y de sus miembros, la presión a la que están siendo sometidas, el acoso, el hambre, la delación y muerte de otro jefe guerrillero cuya mano cercenada fue entregada por el autor del asesinato a las autoridades colombianas, a fin de cobrar una recompensa, la entrega de la comandante Karina y por último nos enteramos con dos meses de retraso de la muerte de Pedro Antonio Marín, conocido como Manuel Marulanda Velez y llamado “Tirofijo”, supuesto jefe máximo de las FARC.

Si estos últimos sucesos no representan debilidad, temor e inseguridad, entonces estamos leyendo mal lo que viene sucediendo.

Pero hay otro aspecto a considerar: por qué el gobierno colombiano mantuvo en secreto la muerte de Marulanda, luego de haberse rasgado las vestiduras por la verdad, como lo hicieron con la muerte de Raúl Reyes, el episodio lamentable del hijo de la señora Clara Rojas, la protesta evidente pero prudente ante la intromisión descarada del Presidente Chávez en los asuntos colombianos a través de sus opiniones y acciones irrespetuosas. El esfuerzo de mantener la cadena de protección a las computadoras de Reyes debería indicar un esfuerzo comprometido por develar y proteger la verdad en todo momento.

La manipulación de la información es un asunto cada vez más evidenciable y grave. La globalización, el tiempo real y la accesibilidad, son tres aspectos modernos y condicionantes de la información. Pero parece ser que quienes poseen, búscan o, simplemente, les llega la información, piensan que esta es objeto de negociación, presión, manipulación, chantaje y además, fuente de riqueza. No puedo pensar en un estado que venda información o en un mandatario, del nivel que sea, que pretenda obtener una ventaja económica de algo que pertenece a todos. Por eso no entiendo por qué tardamos dos meses en saber de la muerte de Marulanda.

Lamento el fallecimiento de cualquier ser humano, sobretodo si es bajo el sufrimiento de una enfermedad incurable y de un tratamiento cruento y no definitivo. No nos corresponde juzgar a Marulanda, para eso están los jueces en la tierra y Dios en el más allá. Su conciencia es su problema, sus acciones fueron su razón de vida. Su alma estará donde el se propuso llevarla, como haré yo con la mía y usted lector, con la suya.

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