Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 7 de marzo de 2008

Cómo ganar elecciones - I

(Artículo de opinión publicado en la página 13 del diario El Nacional, el 7 de marzo de 2008)

Las situaciones de tensión, incomodidad e incertidumbre, pueden provocar en los ciudadanos intentos de apremiar cambios en la vida política con la esperanza de modificar las circunstancias aciagas que están viviendo. Esos apremios van desde las protestas callejeras hasta la rabia y la aspiración de una situación catastrófica que impulse el cambio del gobierno.

También los gobernantes, ante la crítica y el descontento, pueden perder la serenidad, la paciencia y la sindéresis, llevándoles a acumular más errores e incrementar el desgobierno. Como consecuencia disminuye su popularidad y comienzan a perder elecciones, situación que desespera a algunos jerarcas, obligándoles a desviar la atención pública y a captar votantes con medidas populistas; a otros les da vergüenza y la humillación por la ineficiencia les induce a renunciar; finalmente, pudiera ser que planteen la posibilidad de sacudir violentamente a la opinión pública, sometiéndose a algún procedimiento electoral que demuestre que todavía cuentan con apoyo masivo. En Venezuela ese mecanismo es la solicitud de revocación de mandato y aunque no la puede pedir el propio gobernante, éste puede hacer que la soliciten otros.

El camino de los cambios en política debe pasar por mantener la democracia, a costa de lo que sea y, por tanto, debe ser electoral, únicamente.

Las elecciones regionales, son un escalón necesario para el deseado cambio, tanto como lo fue el referendo aprobatorio de 2007. Las elecciones Parlamentarias en 2010, serán el peldaño clave.

Ganar elecciones es parte de la estrategia, pero ser eficientes, útiles, solidarios, creativos y perseverantes, es la otra parte.

Los candidatos deberán ser personas reconocidas como eficientes, queridas por la ciudadanía y llevar por dentro el germen de la voluntad y dedicación al servicio público. No deben ser vistos como ansiosos políticos en busca de poder y prebendas, ni como anodinos gerentes de la cosa pública. Su contacto con el pueblo además de genuino, debe ser intenso, comprometido y empático. No es necesario ser un líder carismático para ganar elecciones ni para gobernar o legislar en un país, lo que hace falta, además de preparación, es vocación de servicio, dedicación, honestidad y constancia. El reconocimiento viaja con los hechos y los hechos deben ser motivados en la comunicación con el pueblo y sus necesidades.

El ciudadano ejemplar es el primer ganador de votos, hacia donde se incline su interés se inclinaran los votos de sus conciudadanos. No siempre los votos son atraídos por el candidato partidista. Más votos debemos buscar por la influencia personal y el ejemplo, que por la presión emocional del carisma o pretender conseguir adeptos y votantes por la descalificación, crítica y burla del líder que rechazamos en la contienda. Es más útil y eficaz orientar y respetar, que apabullar, exigir y amedrentar.

Debemos ser mejores ciudadanos y tenemos que luchar denodadamente por sentir que representamos expectativas de cambio, estabilidad y bienestar, no ideologías políticas ni teorías económicas o sociales, que, de todos modos, asumiremos a nivel individual.

El idealismo está de moda; desear y luchar con las armas de nuestros buenos y mejores pensamientos y acciones, solidaridad, interés y entrega a nuestros semejantes con honestidad y perseverancia ante las adversidades, es la renovada definición de ciudadano cabal y comprometido.

Archivo del Blog

Acerca de mí

Mi foto
Caracas, Venezuela
Médico psiquiatra en ejercicio