Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 8 de febrero de 2008

Medicina del siglo XXI

(Artículo de opinión publicado en la página 13 del diario El Nacional, el 8 de febrero de 2008)

"Los chinos no hacen distinción alguna entre alimentos y medicinas".

Lin Yutang (1895 – 1976).


La medicina que practicamos en Venezuela es tan actual en sus conceptos y diagnósticos como la de cualquier parte del mundo, pero se está volviendo tan antigua y desprovista de elementos preventivos y terapéuticos modernos, como la más anticuada práctica médica tradicional. Peor, pues a la escasez de productos farmacéuticos básicos, como antibióticos, hormona tiroidea, analgésicos, antidepresivos y otros, se le suma la restricción para encontrar leche, harinas, aceites, pollos, carne de res y de cerdo.

A la tensa situación de desabastecimiento que estamos viviendo, se le suma la relajación de las técnicas y procedimientos sanitarios preventivos para el control de enfermedades infecto-contagiosas, la inadecuada estructuración de un servicio de salud con supuestos médicos extranjeros, en contra de la tradición médica venezolana y sin contar con, al menos, sus observaciones al proyecto, y sin invitar al estamento profesional médico colegiado a formar parte de ese servicio de salud.

Para colmo, desde hace años, estamos oyendo la constante descalificación y amenazas contra el gremio médico y contra las clínicas y hospitales privados, que de forma reiterada y maliciosa expresa el presidente Chávez. Sus palabras, tristemente, han calado en un sector de la población que se siente, en consecuencia, defraudada y no atendida y por tanto sus demandas ante los médicos se han hecho agresivas, violentas, descaradas y desprovistas de tolerancia y paciencia.

La formación del médico, usualmente, le impide alterarse y su grado de entendimiento del sufrimiento humano le lleva a adoptar posiciones de comprensión y tolerancia ante el maltrato por pacientes y familiares; pero el gremio médico debe actuar y su actuación ser escuchada por los entes que rigen los servicios de salud en Venezuela.

Nos quejamos, pero nadie en el estamento gubernamental escucha.

Los salarios pobrísimos con los que pretende el Gobierno pagar tantos años de estudio y dedicación, desestimulan a cualquiera a ejercer una profesión vilipendiada, mal pagada y sin futuro cierto ni estabilidad laboral.

La no aplicación por el Gobierno de la Ley de Ejercicio de la Medicina, el irrespeto al Código de Deontología Médica, la falta de una política previsional de salud y la desprotección social, legal, económica y profesional del médico, empujan a los jóvenes y a los no tan jóvenes, a la búsqueda de nuevos horizontes de ejercicio profesional, respeto, estímulo, protección socioeconómica y paz laboral.

El derecho de escoger dónde ejercer la profesión es inalienable. No se trata de que hay que pagarle al Estado lo invertido en nuestra educación médica, se trata de que el estado que nos formó lo hizo con una expectativa, respeto y estímulo profesional diferente a la que hoy día quiere exigir a los graduados. Otras naciones reconocen la calidad de los médicos venezolanos y, salvo raras excepciones, todos están encontrando una salida profesional que Venezuela, por acción y arte de sus gobernantes, les está negando.

Con pocos alimentos, pocas medicinas y pocos médicos, nos estamos pastoreando una de la crisis más severas que se puede plantear una nación.

El desabastecimiento, la desatención al pueblo, la inseguridad personal y jurídica y la amenaza de guerra son una combinación intolerable e inaceptable para la sociedad y para el individuo.

Archivo del Blog

Acerca de mí

Mi foto
Caracas, Venezuela
Médico psiquiatra en ejercicio