Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 25 de enero de 2008

Insistir, reiterar, porfiar

(Artículo de opinión publicado en la página 13 del diario El Nacional, el 25 de enero de 2008)

Antier celebramos cincuenta años del retorno de la democracia a Venezuela; logrado por la voluntad inquebrantable de las gentes al apoyar la huelga general del 23 de enero y no por la fuerza de las armas, que, en su intento del primero de enero de 1958, no lo consiguieron.

Debemos aprender de la historia. Chávez, que mucho la nombra, no lo hizo, intentó golpes militares y no lo logró. Al final, amnistiado por la democracia, decidió actuar como actuamos los demás y se sometió a la consulta popular, con éxito. Sin embargo, olvidó fácilmente y lo ganado con los votos ha pretendido mantenerlo indefinidamente con argucias preelectorales en el registro electoral permanente y con modificaciones a la constitución, que, rechazadas por el pueblo, pretende forzar por los caminos verdes.

Aprender del pasado es extractar las mejores consecuencias de lo vivido y lo leído. Es ser capaces de generar nuevas acciones que traigan el éxito a nuestros desvelos. Ser creativos es esencial al enfrentarnos al futuro, pero también lo es mantener en alto el ánimo a pesar de no ver los resultados inmediatamente. Ser pacientes es necesario. Ahora bien, tanto la paciencia como la creatividad y el estado de ánimo, no se estimulan solos, a ellos llegaremos a través de la insistente, porfiada y machacona denuncia de los actos e intenciones del gobierno. No debemos flaquear y menos desistir de seguir señalando, hablando, escribiendo, proponiendo y votando.

El más fácil de los logros espera a quien se aproveche de las oportunidades que dejan los demás. Muchos de los aparentes éxitos del chavismo son momentos y situaciones que dejamos de aprovechar quienes pensamos y actuamos diferente de ellos.

Las próximas elecciones regionales exigen la participación activa de todos y el apoyo constante de quienes creemos que la situación actual del país es caótica y extremadamente peligrosa, tanto internamente, por la inseguridad global que vivimos, como externamente, por la inseguridad e incertidumbre a la que nos ha llevado el gobierno.

La historia reciente nos señala que los acontecimientos vividos desde el 2 de diciembre de 2007, son actos en apariencia planeados, pero la realidad es que han surgido de la incomodidad, el desagrado y el enfado del Presidente Chávez ante el estruendoso fracaso de sus acciones políticas en los últimos meses. Por tanto, se trata de improvisaciones, actitudes retaliativas y provocativas, bravuconadas de un espíritu combativo que volvió al comienzo y perdió el contacto con la historia. Regresó, como tantas veces en estos últimos años, a intentar lo que tantos otros intentaron sin éxito: imposición de controles de precios, servicios y valor de la moneda, la confrontación política y bélica, la descalificación personal y política a nivel local e internacional y las rupturas de los esquemas y reglas establecidas, con planteamientos inviables, grandiosos e imprácticos.

Compañeros de la oposición, caminantes al futuro, sigamos animados, pacientes y creativos pero insistamos con perseverancia y sin desalentarnos, en decir lo que queremos y lo que no nos gusta y en rechazar, de acuerdo a nuestro criterio, aquello que consideramos indigno, inadecuado y hasta indecente. Es la ayuda más directa e importante que nos viene enseñando la historia desde tiempos inmemoriales.

Ni la fuerza, ni la guerra, ni la trampa. El poder debe estar en la dignidad, la decencia, el respeto y el ejercicio del voto.

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Médico psiquiatra en ejercicio