La maleta de humo
Recientemente leímos la noticia acerca de una maleta que, descrito su contenido como contenedora de libros, resultó estar llena de billetes verdes no encuadernados, que en total sumaban casi 800 mil dólares americanos. De haber estado encuadernados los billetes habrían narrado una historia similar a la descrita por los periodistas que han investigado el caso, pero desde luego nunca tan cierta como la realidad y menos creíble que aquella inventada por las mentes calenturientas y fantasiosas de todos quienes no somos periodistas pero nos gusta especular con las noticias que leemos.
“Pote de humo” lo llamó el Vicepresidente. Supongo que quiso decir “cortina de humo”, y yo coincido con él. Ciertamente se trató de una alharaca atronadora y monopolizadora de la atención de las gentes desde la Patagonia hasta el estrecho de Bering y desde el Río de la Plata hasta las islas Malvinas, pasando por Australia, Asia, Europa y África. Pocas noticias han sido más difundidas que esa. Así pues, se trató de una cortina de humo que opacó la gira presidencial del Presidente Chávez. ¡Qué mala suerte! venir a suceder eso en este momento tan especial e importante para el desarrollo de las políticas de sumisión, control, ideologización y dependencia energética, que viene desarrollando el César de Sabaneta, el Reformador. Esa cortina de humo impidió a las personas ver la realidad de lo que estaba pasando. La gente estaba más pendiente de la maleta con los dólares que de las ofertas generosas y abultadísimas que sin cesar hacía Chávez a los presidentes de las naciones visitadas en su gira. Nadie se percató de que el nuevo futuro jefe del imperio era él. La gente no se dio cuenta de que los EEUU, para Latinoamérica, serán ahora sólo el “emporio” y Venezuela será el “imperio” y él, el “Emperador”.
Pero por si fuera poco la cortina de humo resultó además más extensa e importante que lo que vimos en un primer vistazo. Impidió también que viésemos lo que realmente sucedió alrededor del avión privado contratado por la petrolera argentina para llevar y regresar a sus jefes desde Venezuela. La multa por la infracción, como eufemísticamente han llamado al hecho de pretender introducir en la República Argentina 800 mil dólares en una maleta traída desde un país en el cual eso está prohibidísimo, alcanza a la mitad de la cantidad confiscada. Casi 400 mil dólares son un precio muy económico y hasta ridículo para tirar una cortina de humo de ese calibre, con la cual ni las autoridades aduaneras, ni las policiales y mucho menos la juez del caso, se dieron cuenta de la repercusión de lo que estaban viendo y sobretodo, lo que dejaron de ver. ¡Ahí está el asunto!
Esa es la inefable historia, ocultada por el pote de humo, según el Vicepresidente.
