Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 15 de junio de 2007

Ni guerra ni muertos: Diálogo

(Artículo de opinión publicado en la página 17 del diario El Nacional, el 15 de junio de 2007)

Hoy se cumplen 194 años de la categórica y apasionada proclama de “guerra a muerte”, dictada por Bolívar en Trujillo. Documento que orientó definitivamente a quien tuviese dudas por el camino del apoyo irrestricto a la guerra de independencia contra el dominio español en América.

Once años después se selló la independencia con la batalla de Carabobo, pero continuaron las pugnas internas, las conspiraciones, las deslealtades, los intentos de sedición, los atentados, las revoluciones y las guerras civiles. Las guerras internas se acabaron para los venezolanos en 1903, de ahí en adelante escaramuzas más o menos cruentas, pero sin Venezuela dividida en bandos beligerantes. Aprendimos a decirnos de todo, a gritarnos, a discutir, a disentir, a apoyar, a ser solidarios y a ser leales, a cambiar de bando político y a votar. Tuvimos que sufrir la fuerza de la opresión y aprendimos a hablar en clave y a ser disimulados. Pero no aprendimos a administrar con eficiencia el erario nacional. Nos acostumbramos a pensar en términos de aliviar necesidades, no fuimos previsores, somos dispendiosos.

Han pasado 194 años de una proclama terrible pero ajustada a su tiempo y circunstancia. Pero ese decreto sin matices, ese blanco y negro bélico, ese estás conmigo o contra mi, ya no se justifica ni en Venezuela ni en ninguna parte. Los tiempos son otros. La necesidades podrán ser las mismas pero la manera de satisfacerlas es diferente. La información es instantánea y llega al último rincón del país. La factibilidad electoral es también inmediata. Hoy para ser valiente y transmitir un mensaje de libertad, no hay que alzarse. Hoy lo que debería realmente importar es qué tan libre te sientes, qué tan libre eres de decir lo que te venga en gana y escoger el camino de tu vida con responsabilidad plena. Hoy la pelea política y social no es con armas, ni gritando la muerte, ni buscándola, tampoco imponiéndola. Hoy la batalla es diálogo. Diálogo con ideas claras, firmes, frescas, serenas y sin enemigos.

Contra el delirio de persecución política y de revanchismo social, sólo se puede oponer la resistencia de la mirada clara que ve adelante, la palabra llana, compasionada y expectante que habla de futuro y la actitud de manos abiertas y visibles que no muestran un puño cerrado lleno de resquemor, inseguridad y deseos de venganza, generados por quienes no terminan de darse cuenta que el mundo de Bolívar ya pasó, quedó atrás.

Patria, socialismo o muerte, es una consigna engañosa y refleja un deterioro muy grande de nuestro desarrollo social, político y cultural.

Coartar libertades y derechos que garantiza la constitución, no debe hacerse y menos aún porque el interés del gobierno lo requiera. Escuchar llamadas telefónicas, leer correos, colocar micrófonos y similares, para buscar información de quienes conspiran o parecen hacerlo o impedir el paso a los estudiantes que venían a Caracas a manifestar solidariamente con sus compañeros, es un abuso de autoridad inaceptable. Tampoco está bien demonizar los actos y palabras de los estudiantes que últimamente se lanzaron a la calle a hacer lo único decente que, políticamente, se puede hacer en este país: decir lo que tienen en sus corazones y sus pensamientos. Esa es valentía 2007. Cualquier otro acto es represión paranoide y estancamiento vital. Bolívar hoy, habría hecho lo mismo y el que no lo crea que lea “Mi delirio sobre el Chimborazo” en el que el fantasma del Tiempo le dijo: “Di la verdad a los hombres”.

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