Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

sábado, 19 de mayo de 2007

Y ahora: los sindicatos


(Artículo de opinión publicado en la página 11 del diario El Nacional, el 18 de mayo de 2007)

Hace siete meses se fundó la Confederación Sindical Internacional (CSI), por fusión de las dos más grandes agrupaciones de sindicatos mundiales: la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres y la Confederación Mundial del Trabajo, además de otras federaciones nacionales. La CSI representa a 166 millones de trabajadores de 302 organizaciones nacionales en 156 países. Venezuela está representada por Alianza Sindical Independiente, la Confederación de Trabajadores de Venezuela, la Confederación General de Trabajadores de Venezuela y la Confederación de Sindicatos Autónomos de Venezuela.

La Federación Sindical Mundial, que agrupa los sindicatos de ideología comunista, no se unió a la CSI.

La fortaleza del movimiento sindical en todo el mundo es patente. La fuerza colectiva es evidente y el apoyo internacional entre sus miembros es sólido y creciente. Si esta fortaleza será bien y sanamente utilizada es algo que queda para el futuro, pero el planteamiento de la honestidad y la moralidad de sus acciones y expectativas debemos tomarlo como bueno.

En España, en época de Franco, los sindicatos existentes hasta la guerra civil, fueron prohibidos y en su lugar se designaron nuevos sindicatos que no tenían derecho a huelga ni a negociación colectiva. En 1958, ante la presión de los trabajadores, se permitió la negociación colectiva, pero dentro de límites fijados por el estado. Con la muerte de Franco retornaron las libertades civiles y de asociación, huelga y contratación colectiva.

En Venezuela, el gobierno del Presidente Chávez está por llevar a cabo la sentencia de muerte lenta y programada contra el sindicalismo, anulando el derecho a la huelga en base a la creación de organismos políticos llamados “Consejos de trabajadores”, que tendrían la potestad de calificar las huelgas en clara sustitución de los sindicatos, los tribunales y del derecho establecido en el artículo 97 de la Constitución. A pesar de que se trata de una propuesta interna con vistas a ser aprobada en la ley habilitante, reúne, sin embargo, las condiciones de coartación y limitación sindical, tantas veces vociferadas por el Presidente Chávez, quien desde el comienzo de su gobierno ha intentado fracturar y anular el movimiento sindical con los sindicatos paralelos, las descalificaciones individuales y colectivas, las persecuciones e insultos y las ofertas de seducción manipuladas. Hasta el momento sin mayores éxitos.

El Presidente busca controlar, coaccionar, dirigir, manipular y utilizar efectiva y políticamente al movimiento sindical venezolano. No más autonomía, no más libertad, es el verdadero grito de guerra de quienes le apoyan.

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