Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

sábado, 31 de marzo de 2007

Primer trimestre

(Artículo publicado en el diario El Nacional el 30/03/2007, en la página 13)

En 2007 hemos vivido variadas situaciones políticas, como siempre, pero los motivos de lo sucedido han sido los mismos: no hay separación entre los poderes públicos y muchas de las personas en función de gobierno, legislación o administración de justicia, han sido incompetentes, quizá por tener deberes y lealtades que les impiden cumplir sus funciones a cabalidad y con probidad.

Seguimos viendo como se disimula la realidad, se tergiversa la verdad y se utilizan los poderes del estado y el tesoro, para fines distintos a los descritos en la Constitución: mitin político en Buenos Aires, usurpación de la señal televisiva de RCTV, sanción pecuniaria cuestionable al diario Tal Cual y al humorista Laureano Márquez, viajes presidenciales privados a Cuba, detención de disidentes políticos que son acusados por delitos ad hoc, acusaciones secuenciales sin acumulación de delitos para mantener a los detenidos sin juicios ni opción a juicio en el corto plazo, expropiaciones de bienes sin compensación económica efectiva, trabas para la obtención de divisas, permisos y otros derechos, uso de bienes del estado para la promoción personal, el partido único, la ideología única y el candidato presidencial único y reverberante.

Además, presenciamos como diputados a la Asamblea Nacional lanzaban acusaciones de corrupción e ineptitud contra los miembros de la sala constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, por cierto elegidos por la misma Asamblea con bombos, platillos y descalificación continuada de los no elegidos. Los diputados parten del principio elemental que la Asamblea legisla y el TSJ interpreta las leyes. Asunto que sólo funciona en la mente de los niños, ya que en la práctica corresponde al más alto tribunal interpretar las leyes, formular la redacción más adecuada y fijar los límites de las mismas, aunque sus apreciaciones y cambios colidan con la apreciación de la Asamblea. Por eso son el más alto tribunal posible en la República. Bueno, eso pensábamos.

Pero, si aquí el que manda, manda en todos los ámbitos y por encima de las leyes y costumbres, ¿qué podemos esperar de una Asamblea unicolor dependiente del líder único y jefe del gobierno, que se siente despojada de su esencia de legisladores por la habilitante y por el TSJ? ¿Qué podemos esperar de un TSJ dependiente del líder único y jefe del gobierno, al que le dictan otros cambios internos y normas de procedimientos, al que le suspenden sus propias órdenes de ajustes de salario, que no lo toman en cuenta y que es la parte más visible de una estructura judicial incompetente y corrupta que no han podido arreglar exactamente por eso: no tienen poder, aún siéndolo?

Esa es Venezuela en este primer trimestre. Igual al año pasado y a todos los años pasados…

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