Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

sábado, 28 de octubre de 2006

Si yo fuera...

(Artículo de opinión publicado en la página A-8, del diario El Nacional, el 27 de octubre de 2006)

Si yo fuera Chávez, hace rato que estaría jalando orejas y apretando tuercas en las filas de mis colaboradores. A quienes montaron el show de la ONU los habría destituido y nombrado escuálidos "honoris causa". A quienes dispararon contra los mineros les habría metido en chirona, a pan y agua. A los creativos de la propaganda pidiendo que voten por amor, les habría destituido y enviado a solicitar amor del bueno en los barrios. A quienes andan pregonando lo del magnicidio y otras sandeces y cuidándome del diablo, sus secuaces y otros ángeles caídos, les ordenaría que se ocupen de la seguridad de los habitantes del país, incluyendo los turistas.

A quienes andan expropiando sin tener con qué pagar, los mandaría al colegio a estudiar las tablas de sumar y restar y, si se las aprenden, las de multiplicar; las de dividir no, porque esas sí se las aprendieron bien. A quienes dieron las órdenes de botar empleados públicos que, según sus jefes, se supongan no chavistas o que van a votar por otro que no sea yo, les suspendería el sueldo por un año y las prebendas y privilegios por cinco años. A los diplomáticos que se metan en asuntos internos de los países en que se encuentran acreditados, los traería de vuelta y los nombraría policías de punto en pueblos del interior.

A quienes están convirtiendo la educación en Venezuela en un asunto rígido, inflexible e ideológicamente estrangulado, debido a la falta de respeto por las ideas, las creencias y la libertad del pensamiento, los juzgaría por traición a la patria y simulación de eventos históricos para justificar posiciones ideológicas, contrarias a los derechos individuales y colectivos del ser humano. A quienes administran justicia de forma egoísta y artera, generando en los ciudadanos miedo a denunciar y ser juzgados, les haría reos de lesa humanidad y los haría juzgar por tribunales populares. A los cómplices de los corruptos les aplicaría la misma pena que a los propios corruptos: 10 años de trabajo obligatorio al servicio del Estado, en cargo con salario mínimo permanente.

Si yo fuera Chávez, no aceptaría un debate público con el candidato Rosales y buscaría la forma de estimular la abstención, y si pudiera hacerlo, le pediría a la gente que no fueran a votar.

Si yo fuera Rosales, no iría a un debate público con el candidato Chávez y le pediría a cada venezolano que fuese a votar el domingo 3 de diciembre.

Si yo fuera Rosales, haría una campaña política como si fuera la última de mi vida, trataría de hacer sentir a quien me viese y me oyese que soy la esperanza y la realidad, que se acabaron las promesas incumplidas y las bondades de la ilusión y la fantasía, que lo que nos espera es trabajo y sacrificio, que para tener hay que esforzarse y que todos tenemos el derecho de tener y por tanto todos debemos hacer uso del derecho al trabajo y de la oportunidad de trabajar y de que nuestro trabajo sea reconocido y alcance para vivir con decencia y serenidad, sin las angustias de no saber si podremos llegar al fin de la semana o de la quincena. Me comprometería con los venezolanos a que en mi gobierno se aplicarán de forma estricta y severa las leyes que amparan a los trabajadores, y que seré implacable con aquellos patronos que no cumplen con las leyes y normas laborales, desprecian al trabajador y lo despojan de sus derechos, beneficios y protección legal y social, al no cumplir con el Seguro Social obligatorio y al chantajearlos con el pago de sus derechos.

Si yo fuera Rosales, haría saber a cada venezolano que en mi gobierno las prioridades serán la creación y estabilidad de puestos de trabajo; la protección legal absoluta y radical al trabajador; la defensa a ultranza del derecho a la propiedad; la puesta en práctica inmediata de un sistema previsional justo y equitativo; la protección y ayuda social y económica a la familia con ambos padres o monoparental, necesitadas o no; la protección y estímulo a la educación pública y privada; el respeto y protección a las inversiones e inversionistas extranjeros y locales, en igualdad de condiciones.

Si yo fuera Rosales, le haría saber a los venezolanos, que en esto de las elecciones presidenciales, vamos todos, que Venezuela está sufriendo los embates del descuido y la desatención, y que sólo nuestro compromiso definitivo y sin vuelta atrás puede garantizarnos el seguir adelante en paz y concordia.

Si yo fuera Chávez sentiría vergüenza de ver a mi país como está y saber que podría estar de otra manera. Si yo fuera Chávez le pediría a Rosales que hiciera lo que yo no supe hacer.

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