Revisionismo clásico
Publicado en el diario El Nacional el 27 de mayo de 2005 en la página A-11
Conversando con un joven economista, positivo, optimista y consciente del momento histórico que vivimos todos, en este y en todos los países, me propuso que escribiera sobre el revisionismo en el cual se encuentran absortos los líderes de la revolución chavista. Él piensa, atinadamente, que el proceso de revisión de la revolución, llamado eufemísticamente por el chavismo: ?profundización? y también ?radicalización?, se parece más a las sucesivas etapas del revisionismo marxista desde Berstein hasta el krushevista, y también al maoísta y al brezhnevista, pero no al gorbachovista. En otras palabras: no va para adelante. Va para atrás.
Las ideas del Sr. Chávez, ideólogo permanente, filósofo oportunista y miope negociador comercial, que consigue precios, pero no calidad ni constancia y mucho menos compatibilidad; que dispara sin apuntar; que asevera sin preguntar primero; que juzga y calibra sin medir ni ponderar; que amenaza para no cumplir; que soslaya los problemas más profundos y estructurales de nuestra sociedad; que prefiere un pasón de monólogos y egos desproporcionados en cinco horas de aló presidente o de igual o mayor tiempo con Fidel, en vez de una buena sentada a escuchar al pueblo; que le echa sal a la comida sin antes probarla? Esas ideas del revisionismo son las ideas que estuvieron en boga hace muchos años. Él las pensó y como las pensó y le parecen buenas o llenas de oportunidad, entonces son magníficas y debemos vivir de acuerdo a lo que pensó. No importa que ya otros las hubiesen pensado, puesto en práctica y que la historia les reconozca desde hace mucho tiempo lo inconveniente, poco prácticas y deslindadas de la realidad que fueron, o son. No importa. Lo que importa es lo autóctono, lo propio del líder, lo vernácula del MVR, lo aquiescente de los diputados y lo expectante del pueblo, que sigue, como en los tiempos de las montoneras, creyendo en vagas promesas, entusiasmándose con la cuota parte de dinero que le dicen le corresponde y que ven llegar en billetes, sin el apoyo continuo del trabajo, el crecimiento industrial y comercial y la construcción imparable de viviendas y obras de necesidad apremiante.
Berstein, un alemán del siglo XIX, propuso la primera revisión del marxismo, aduciendo que
algunas de las ideas planteadas por Marx, ya no tenían cabida en la modernidad de finales del siglo XIX. Propugnaba, en cambio, una social democracia que combinara la iniciativa privada con algunos cambios sociales. Sostenía que la burguesía no era parasitaria y opresora, que el capitalismo no estaba desapareciendo ni desaparecería, que la social democracia era un proceso evolutivo del liberalismo inherente en las aspiraciones humanas y no el resultado de una revolución contra la clase media capitalista. El crecimiento industrial y la concentración de la producción de acuerdo a los lineamientos del estado, no podían darse como resultado de revueltas y violencia, sino, más bien, como resultado del lento y constante trabajo y cooperación entre las partes. Sus ideas revisionistas le llevaron a la otra acera. Al final terminó de Ministro de Economía en Alemania y gracias a él, los alemanes después de la primera Guerra Mundial, siguieron un camino de crecimiento económico e industrial que empañó pero no detuvo al nacionalsocialismo.
Gorbachov también revisó. Su planteamiento de la ?perestroika? o reforma estructural básica apuntó más a los procesos que a los planteamientos ideológicos, que fueron asumidos como inmanentes. La apertura, ?glasnot? en ruso, franqueó las puertas a los movimientos de oposición e independentistas, y la decisión del gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) de no sostener como principio básico la extensión y modelaje del comunismo a nivel internacional, trajeron como consecuencia la disolución de la URSS en sus repúblicas constituyentes, el crecimiento del movimiento ?solidaridad? en Polonia y el posterior triunfo electoral de Walesa, líder obrero opositor al régimen comunista. En Berlín cayó el muro y poco después Alemania se reunificó. Hubo más, se movilizó la humanidad hacia adelante, muchos pueblos optaron por las libertades y derechos individuales, como complemento del derecho de la sociedad. En eso anda casi todo el mundo ahora. Nosotros también, pero calladitos, hablando pasito, por que los que más hablan lo hacen por boca de uno sólo, que cree que está inventando el agua tibia, por que se le ocurrió, mientras hablaba por radio y televisión, o discutía en algún monologo político y se entusiasmó con su pensamiento, ya pensado, actuado y desechado por otros.