¡Que asco!
Ayer domingo, el Presidente de la República nos hizo saber a los venezolanos que sentía ¡ASCO! -así, gritado y en mayúsculas- por lo que estaba sucediendo entre dos partidos políticos y el Gobernador Manuitt. Debo decir que yo comparto totalmente esa apreciación. Creo que es la primera vez que coincido tan plenamente con el Presidente. A veces he pensado que tiene razón y que algunas de las cosas que dice son ciertas y las entiendo igual como problemáticas y urgidas de solución, pero, generalmente, nuestras coincidencias son apocadas en mi mente por la indignación, la impotencia y el asombro ante lo absurdo del acontecer en nuestro país. Más rápido suelen desaparecer en mi tales coincidencias, en la medida que la sensatez del planteamiento inicial es seguida por la verborrea descalificadora, insultante y demagógica del Jefe del Estado.
Lo que está pasando con Manuitt es absurdo. En cualquier país ese problema ya estaría resuelto, pero aquí ese rollo va para largo. Tenga quien tenga la razón, hay leyes y deben acatarse, ni puede pensarse que serán los partidos políticos quienes decidan un caso que parecería ser de tipo penal, ni puede aceptarse que el sistema judicial no haya actuado aún. Menos se entiende que el poder de los diputados asambleístas sea el único acatable si son oficialistas y si no lo son, entonces son intrusos que dilatan el ejercicio de la ley. ¿Decía Presidente, asco de qué?
Ahí está el asunto, el Presidente siente asco ahora, por que están discutiendo los dos partidos políticos oficialistas. Igual le pasó cuando Gouveia mató e hirió gente en la Plaza Altamira, le desagradó tanto que acusaran al "Señor" al "caballero" Gouveia a quien agarraron "in fraganti". Supongo que también sintió asco por que lo acusaran y por eso protestó. Lo que no sabemos es que sintió por los heridos, los muertos, los que estaban allí, sus familias y los miles de venezolanos que vieron ese macabro suceso por la tevé.
De los desaparecidos en Vargas, Guárico y otros sitios no se acuerda nadie. De los muertos y heridos en Altamira, tampoco, pero le da asco al Sr. Presidente, que discutan los partidos oficialistas. Le molesta que se tiren darditos Bernal y Barreto, y no le paran, ni él ni los demás, a los hechos denunciados como de corrupción en las alcaldías, el gobierno central y periférico y en PDVSA.
Capriles, López y Mendoza terminarán en la cárcel. Simonovis, Vivas y Forero, terminarán presos, los generales Martínez y Poggioli y las periodistas Pacheco y Poleo, también. Esas son sentencias dictadas ya, no hay quien se atreva a incumplirlas. Fiscal que no acuse como está dicho y Juez que no las ?honre?, pierden su chamba. Eso da asco.
Si fue asqueroso el procedimiento de haber utilizado la lista de Tascón -eufemismo por no decir la lista del CNE- para discriminar entre venezolanos que apoyan al proceso y los que no, peor fue reconocerlo año y medio después y pedir que se entierre, sin haber solicitado la investigación y sanción que corresponde a quienquiera que usó la lista o lo que fuere, para discriminar entre venezolanos respecto del derecho al trabajo consagrado en la constitución. Eso también da asco, sobretodo cuando estoy seguro de que se ha desviado la atención del problema de la discriminación laboral por inclinaciones políticas, a averiguar quien le dio la lista.
En fin, al Presidente le da asco y los demás venimos viviendo situaciones nauseabundas en demasía. Asco venimos sintiendo de todo lo que ha pasado aquí, desde la huelga general que casi fue, hasta el revocatorio que fue como quisieron otros y no como queríamos los votantes permitidos por el asqueroso sistema de selección de votantes y firmantes que pusieron en práctica en ese apéndice, supuestamente independiente del gobierno, que se llama Consejo Nacional Electoral. El apoyo del Centro Carter y la actitud desconsiderada y desligada de los ciudadanos, que mostraron en ese momento y posteriormente los directivos del CNE, también produce el malestar reconocido por el diccionario como asco.
¿Y que le producirá al Presidente lo de PDVSA? Algo que se viene diciendo en la calle desde hace mucho tiempo y que es ahora cuando en el alto gobierno se dan cuenta.
El Presidente quiere utilizar las reservas fiscales por que las necesita para seguir financiando las misiones. Todos sabemos que muchas personas usan el dinero de las misiones para otros fines, incluso para comer, pagarse otros institutos privados y para jugar al 5 y 6 ó a la lotería. ¿Va a volver a pedir las reservas, Presidente? ¿No le da cosita, aunque sea un malestarcito, un remordimientito, tirar así el dinero de todos los venezolanos, utilizar el dinero para elevar el consumismo y el falso sentido de tener "algo más", en lugar de emplearlo para fomentar riqueza y el sólido sentido de saberse parte de algo cuyo crecimiento y dinamismo depende del trabajo y el compromiso y no de la dádiva?
Seamos positivos y optimistas, al menos ya coincidimos en algo con el Presidente, ¡por fin!