Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

lunes, 4 de octubre de 2004

¡Octubre!

Tras la apariencia otoñal, húmeda y severa de octubre, hay un inmenso engaño. Para empezar no es, como indica su nombre, el mes numero ocho (del latín: octum) aunque si lo es de lluvia (del latín: imber), pareciera que si ya terminó el verano, deberíamos poder contar con un otoño como debe ser, pero no es así, y pasa que el verano regresa a finales de octubre. Este bis no solicitado del verano tiene diversos nombres: «segundo verano, verano otoñal, verano de San Martín, verano de todos los santos, pequeño verano de San Lucas, verano indio y verano de Halloween».

Esta farsa indefinida de octubre, también se presenta con algunos de los grandes sucesos que acaecieron en su seno, como la segunda revolución rusa de 1917 o «Revolución de Octubre», que llevó a los bolcheviques al poder; resulta que no fue en octubre, sucedió en noviembre; los rusos no lo sabían, lo supieron un año después, cuando les cambiaron el calendario Juliano por el Gregoriano, asunto que en Rusia, como eran bolcheviques, lo llamaron eufemísticamente: «Nuevo estilo». Otra situación poco definida es que no siempre San Francisco de Asís, que es conmemorado el día 4, nos fustiga con el cordonazo, a veces sí, a veces no, unas veces, antes, otras, después. Pienso que tal irregularidad no es falta de seriedad de San Francisco, es asunto de octubre, no del Santo. Antes conmemorábamos el 12, el día de la Raza, el descubrimiento de América y el día de Colón ?para los americanos del norte: «Columbus day»- además de la Virgen del Pilar, ahora, quedó la Virgen, pero quitaron al genovés y a la raza, y se celebra el día de la hispanidad y el día de las Américas; parece que Colón estaba dateado desde Islandia con lo de América y ya otros sabían del asunto, así que, según algunos, no merece Colón ese día, tanto, que ahora en los EE.UU. ya no tiene día fijo como antes, ahora fue degradado al segundo lunes de octubre, casi a feriado bancario.

También es un mes belicoso, en nuestro país recordamos la «matanza» de Cumaná en 1814, protagonizada por Boves al derrotar a Piar y los siguientes siete años, exactos, hasta el mismo 16 de octubre de 1821, en que Bermúdez toma de nuevo a Cumaná. También la derrota del General Santiago Mariño en la batalla de Cariaco, la víspera del día de todos los Santos en 1818. En 1415 Enrique V de Inglaterra derrotó a los franceses en Agincourt, estableciendo la superioridad de los ejércitos ligeros y móviles armados con arcos largos y poderosos, sobre los soldados en pesadas armaduras. Napoleón derrotó definitivamente a los prusianos en 1806, en Jena. En 1898 las tropas estadounidenses enarbolan la bandera en Puerto Rico. Últimamente se han dado unas cuantas guerras, como la del Sinaí en 1956, y la de «Yom Kippur» en 1973. O se han exaltado pasiones político-belicosas, como cuando en 1983, los EE.UU. y otros seis países caribeños, invadieron Grenada y acabaron con el gobierno marxista que acababa de tomar el poder apoyado por unos cuantos cientos de consejeros cubanos.

En octubre surgieron nuevos países, como Yugoslavia en 1929. La «tierra de los eslavos del sur» comprendía: Serbia, Montenegro, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia. Pero, octubre es octubre, en octubre de 1991 Bosnia y Herzegovina declararon su soberanía. Siguieron otros y ahora Yugoslavia es pequeñita, sólo tiene a Serbia y Montenegro, pero le sirve de poco, pues no ha sido reconocida por las Naciones Unidas. Es decir, técnicamente, no existe.

Si todavía no estás convencido de lo traicionero y difícil que puede ser octubre, te recordaré el secuestro del avión de Avensa en 1971, que viajando de Barcelona a Maiquetía, fue obligado a ir a Curazao, y de ahí a la Habana, Cuba. También traeré a tu memoria el «Crash del 29», que fue como llamaron la fatal caída de los precios de la bolsa neoyorquina en 1929, lo que se llamó la «gran depresión», por que trajo hambre y miseria al país más rico; y la sorpresiva, para algunos, caída de los precios en todas las bolsas en 1987, que arrasó con las ganancias y los capitales de muchas personas en todo el mundo. Con razón dijo Mark Twain: «Octubre es uno de los meses particularmente peligrosos para especular en la bolsa. Los otros son: julio, enero, septiembre, abril, noviembre, mayo, marzo, junio, diciembre, agosto y febrero».

La «X» de su falsa representación romana, ha tachado las vidas de muchos. La ironía del destino ha cargado con la responsabilidad: John Locke filósofo inglés fallecido en 1704, inspirador de la Constitución de los EE.UU., que escribió sobre la comprensión, el entendimiento entre los seres y la tolerancia; Henry Fielding, escritor inglés que murió en Lisboa en 1754, escribió: «La historia de Tom Jones», «Los políticos del café», «El falso doctor» y «Don Quijote en Inglaterra»; Walter Raleigh, caballero, cortesano, aventurero, explorador y escritor de mérito, que viajó por el Orinoco y narró las maravillas del Dorado, ajusticiado en Londres en 1618; Rafael Alberti, poeta inmenso, político extremista, falleció en el Puerto de Santa María, Cádiz, en 1999.

Pero no todo es engañoso en octubre. Muchas glorias patrias y de la humanidad, vieron la luz por primera vez a través de él. Algunos ejemplos: Miguel Otero Silva en 1908, el pintor Narváez en 1905, mi abuelo Rafael Requena en 1879, mi cuñado Tomás Böttger en 1953, su hijo Alejandro en 1983, mi secretaria Joana Zambrano en 1982 y mi futura nuera María Antonieta Castro en 1978.

También es un mes muy entretenido: es el primer mes de clases en las universidades, se juega la serie mundial de béisbol, hay series de fútbol en casi todos los países europeos y variados campeonatos de deportes. La vendimia llega a su apogeo y la producción de cerveza se incrementa, tan es así, que los franceses de la Revolución Francesa, llamaron a este mes Vendimiario. Los anglosajones lo llamaban también, mes del vino, mientras que los alemanes y los celtas hicieron de este mes un culto a la cerveza y al pasárselo bien.

En octubre han sucedido grandes adelantos. Por ejemplo, Naciones Unidas se fundó en 1945, los soviéticos lanzaron al espacio el satélite Sputnik en 1957.

El último día del mes, víspera del día de todos los Santos, en muchos países se conmemora con grupos de niños disfrazados o no, que llevan linternas en calabazas talladas como cabezas, que van pidiendo un dulce, con la amenaza de que harán un truco o trampa, si no les dan el dulce o algo, «trick or treat». Esta costumbre de origen celta se está expandiendo por el mundo occidental, y desde luego en nuestro país lo ha hecho, aunque muy moderadamente, todavía. Quizá vaya en paralelo con el día de Acción de Gracias, que ya es parte de las costumbres de algunos hogares venezolanos, con pavo al horno y todo, tal y como lo son el Espíritu de la Navidad y el arbolito de Navidad.

Podríamos seguir hablando del mes de octubre, buscar en la historia y en el pensamiento cuestiones que dibujen la sensación que tenemos de que las cosas no son como aparecen, como nos las están presentando, que hay algo inesperado, insospechado y no agradable, que no se conforma con la expectativa que tenemos, pero que debemos, y así lo haremos, vivir esa situación hasta sus últimas consecuencias. No es casualidad, no creo en eso, que las elecciones regionales sean el 31 de octubre.

«¿Truco o dulce?»

¿Serán las elecciones el 31, o ya fueron, o serán después, en el secreto de algún despacho oficialista?
Recuerden que es el mes ocho, que en realidad es el diez. Nada claro, ¿o sí?

Pero hay que hacer como quienes celebran la víspera de todos los Santos, hay que ir, hay que vivir a través de los 31 días del mes, completitos, uno a uno, sea lo que sea.

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