Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

domingo, 16 de febrero de 2003

Actualidad venezolana al 16.2.2003
Ayer pensaba, mientras regresaba en el autobús desde Valencia, que sería muy interesante poder prescindir de emociones y otros condicionantes, y analizar descarnadamente, fríamente, objetivamente y sin temor, los sucesos que hemos vivido en Venezuela en los últimos diez meses. Reconozco que lo intenté, allí mismo, luego en mi casa en la noche y hoy, durante el día. Estoy agotado de pensar y reprimir emociones. No he podido llegar a nada concreto. Sólo lugares comunes. Lo que todos dicen. En resumen, todo lo que siento no me deja pensar. Me pregunto: ¿será esa la estrategia del gobierno? Obnubilados todos por nuestra rabia y frustración, no pensamos, sólo sentimos y sentimos. Emociones de toda índole, afortunadamente todavía controladas, no se desbordan más allá de las lágrimas y de algún que otro grito, imprecación o juramento. Mil amenazas proferidas, millones por salir que revientan el pecho pero no afloran, todavía. Seguimos en pie a pesar de los pesares. Seguimos siendo porfiados. Esa es la única actitud que cabe en la estrategia que nos hemos trazado, resistencia pacífica, rebelde, digna, constante y continua.
Si la estrategia del gobierno consiste en descalificar, desestimar, acusar de saboteadores, traidores, terroristas y golpistas a quienes con los demás venezolanos fueron al paro cívico, para así forzar a los ciudadanos a sentirse mal, a manifestar su desesperación y rabia de manera activa, agresiva y violenta y justificar de esa manera los calificativos de golpistas, terroristas y agresivos, no la han logrado y no creo que lo hagan. Pero, que no se llame a engaño el gobierno, nuestra actitud no es un signo de debilidad. Por el contrario, es un signo de fortaleza. Sabemos que contamos con la mayoría y con la razón, es por tanto cuestión de no flejar, presionar y presionar y obtendremos el país que queremos.
Para nosotros, que tenemos todo el futuro por delante, el tiempo cuenta, pero sabremos resistir. Para el gobierno, que es finito en el tiempo y este se acaba, comienza la desesperanza. De hecho el Presidente ya está en campaña electoral. Sus últimos mini mítines así lo muestran. Ofertas populistas y electoreras: precios imposibles para alimentos que dentro de poco escasearán, apropiaciones de empresas, cuya producción depende de productos importados o al menos producidos a precios que no permiten la elaboración de productos terminados al valor fijado por el Presidente y su ministro, quienes, obviamente, no tomaron en cuenta las variables propias de las cadenas de manufactura, comercialización y distribución. Condecoraciones a los héroes de su revolución. Héroes, que mientras más patanes, obtusos, agresivos y desatentos a las leyes y a la constitución , merecen más altos honores. ¡Que ejemplo para nuestros hijos y nietos! Se premia la patanería, el abuso, la violencia, el deshonor, la deslealtad, la falta de probidad y hasta la deshonestidad. En época de Napoleón Bonaparte, un escritor, Ugo Fóscolo, escribió unos versos con motivo de la condecoración que Napoleón impuso a otro escritor, cuestionado por su honestidad intelectual, y que hoy no vamos a nombrar. Esos versos decían así:

«En tiempos de las bárbaras naciones
colgaban de las cruces los ladrones;
más hoy, en pleno siglo de las luces,
del pecho del ladrón cuelgan las cruces»

Me cuesta entender y aceptar que hay compatriotas que han tomado el puesto en PDVSA y sus filiales, de otros compatriotas, que por ser solidarios y por cumplir con Artículo 132 y el 350 de la Constitución, han estado de paro y por eso han sido despedidos de manera oprobiosa, ignominiosa e indigna, por el gobierno. Su momento de concienciación llegará algún día y sentirán enorme vergüenza ante sus ex-compañeros y ante la sociedad venezolana en general, por que, como dice Olga Yanes de Aguerrevere, en una carta pública a su gente petrolera, a quienes acompañó por 35 años, como esposa de un ingeniero petrolero activo y un año más, ahora, como esposa del mismo petrolero jubilado: «La familia petrolera no sólo se ha ocupado de producir el petróleo para los venezolanos, se ha ocupado de los venezolanos.»
Sí, es por eso que fueron a la calle y están en el paro. Se han ocupado de los venezolanos y se seguirán ocupando. Y Venezuela se ocupará de ellos. Seguro, como siempre se ocupó de ellos. Les dio la formación que requerían, los mimamos, los cobijamos, les pagamos bien y los protegimos, por que los queremos y los necesitamos, y ahí, con ellos, está lo mejor de todos nosotros y las más altas de nuestras aspiraciones. El indudable record de despidos masivos discriminatorios y anulantes de nuestra industria e investigación y formación petrolera, es una muestra más de la protección de la ineptitud, del fomento de la mediocridad, de la falta de previsión y del resentimiento del que hace gala este gobierno agónico.

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