Disuasión artera
(Artículo de opinión
publicado en el diario El Nacional (http://www.el-nacional.com/opinion/Disuasion-artera_0_455954532.html),
el viernes 1º de agosto de 2014)
Algunos jefes de Estado,
legítimos o no, creen que están construyendo una nueva forma de relacionarse
con sus ciudadanos y con otros países aplicando ese proverbio africano que
tanto explotó Teodoro Roosevelt y que algún bien trajo a Venezuela al
aliviarnos la presión amenazadora de Inglaterra y Alemania para que pagásemos
las deudas. “Habla pasito, carga un gran palo y llegarás lejos”, es, quizá, el
origen de la diplomacia del “big stick” que usó el susudicho a principios del
siglo XX. Cien años después, la imitación de los modos imperialistas ha llevado
a la renovación bufa de esas actitudes imperiales y dominadoras que usaron los
americanos para garantizarse el cumplimiento de la doctrina Monroe.
Ahora entendemos la escalada
brutal de material bélico, la escasez de productos básicos y el lenguaje
destemplado y belicoso. El gobierno se está preparando para tiempos de guerra,
para caerle a palos a otros, pero sin hablar pasito. A Roosevelt le funcionó
porque no amenazaba, ni insultaba ni chantajeaba, pero con relativa suavidad y
constancia predicaba lo mismo en todas partes: Panamá, Nicaragua, Honduras,
Cuba, etc.
Hay algo espurio en el uso
chantajista de la fuerza derivada de las armas, del petróleo y del lenguaje
descalificador y maltratador de nuestros gobernantes. No es un hablar pasito
blandiendo un palo, es una amenaza cierta y destemplada con otra amenaza bélica
estranguladora. Faltó la declaración de guerra, como en su época quiso hacer,
por mucho menos, el finado Chávez.
El problema no es resolver el
problema, es haberlo creado inicialmente y una vez generado pretender que los
demás países y personas se tragarán el asunto como lo están presentando los
manipuladores políticos del régimen. El gobierno sabía muy bien que lo del
general Carvajal era una bomba de tiempo y decidieron jugársela para llamar la
atención sobre algo diferente a las protestas masivas y la ineficiencia
gubernamental. Lo mismo hizo Hitler, llamando la atención del pueblo alemán con
pequeñas invasiones y problemas fronterizos. Distracción maligna e imposición
de figuras públicas de dudosa reputación, como modelos del hombre nuevo…
Esa es mi interpretación rápida
y somera de este asunto tan triste y vergonzoso. Holanda tiene razón en alegar,
al igual que Venezuela, la inmunidad diplomática, también asiste la razón a
Aruba, que en definitiva es la agraviada, pues su respetado vecino le metió en
su casa, de contrabando, un personaje con prontuario criminal a nivel
internacional y nada menos que por delitos con drogas. Asunto sobre el cual
Aruba está siempre en la mira de todos los países víctimas de ese flagelo y en
particular de los EE.UU.
La realidad es que nos
devolvieron nuestro personaje anulado internacionalmente y el mensaje obvio es
que veamos que hacemos con él. Así que ahora tendremos que cargar con ese
prohombre en cuya defensa imposible sólo cupo la amenaza, el chantaje, los
improperios y el engaño.