Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 6 de junio de 2014

Cómo comunicarse entre conspiradores

(Artículo de opinión publicado en http://www.el-nacional.com/opinion/comunicarse-conspiradores_0_421757893.html el viernes 6 de junio de 2014)
He aquí la mejor manera de evitar que la policía, pareja o jefe, se enteren de lo que estás haciendo. Ya que, hasta para una “movidita” hay que apelar al secreto, la clandestinidad, al Morse o al cuti.
Hoy, contribuiré con quiénes se identifican con las protestas de los estudiantes, de las amas de casa, de los enfermos y sus familiares y de quiénes ganan poco y no soportan la jaquetonería, sordera y falta de empatía del gobierno, para que puedan comunicarse entre ellos y cuando los lean, escuchen o adivinen, por medios lícitos o no, aprobados o no por un juez y fomentados o no por el gobierno, no sean interpretadas sus frases y expresiones como planes o complots para siquitrillar a nadie, para bajarlo de la silla o para perjudicar la economía, los vuelos internacionales, las compras de petróleo, el precio de la gasolina, los DDHH de los ministros y ministras, militares y militaras, fiscales y fiscalas, jueces y juezas o pranes y pranas de éste país.
Comenzaremos diciéndoles que no deben utilizar para comunicarse ningún medio que se preste a confusión, como: señales de humo,  coplas llaneras, galerones ni gaitas. Tampoco deben enviarse mensajes electrónicos y mucho menos por YouTube. Si vas a hablar por teléfono con algún conspirador o con alguien peligrosón,  hazlo desde uno de esos de la calle y no menciones palabras en inglés ni que tengan que ver con moribundos. Si por ejemplo vas a decirle a un amigo que irás a un velorio, debes decir que irás al rezo de la Rosa Mística en casa de mamá Inés y que allí todos tomamos café, si hay. Si vas a reunirte con algunos más para escuchar a fulano o a mengana hablando de política o tensión social y económica, di, simplemente: “Cónchale, tengo que ir a visitar a mi abuelita mamá María, o papá Enrique, o al tío Leopoldo”.
Si vas a ir a una manifestación de protesta pacífica, que me parece loable y útil, mencionarás que mañana a las 6:00 am irás a hacer taichí con una profesora que importó el gobierno junto con los carros chinos.
Recuerda que está acordado que a todos los números que menciones se le suma al primer dígito por la izquierda, tres unidades. Por ejemplo: las 6:00 am, son las 9:00 am; el dólar vale 49,99, y tú sabes lo que cuesta. Lo mismo con los votos que sacó Capriles. En el caso de la popularidad y otras encuestas se le restan tres unidades si es oficialista. ¿Está claro?
Es fácil andar clandestinamente, no hay que matarse mucho, pero lo importante es recordar que el trabajo sucio lo hacen otros y que hay suficientes insensatos en el mundo cómo para que engroses el numero. Déjalos que se quemen solitos y espéralos en la bajadita, sentado y conversando de cosas placenteras y deseos políticos insatisfechos por el momento, con tus amigos de siempre y no con los nuevos, que pueden ser unos soplones, o sea, unos sapos.

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