Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

miércoles, 9 de enero de 2013

Yo creía que…


(Artículo de opinión publicado en la red de internet hoy miércoles 9 de enero de 2013)
Estos primeros días del año han sido de esclarecimiento político y legal intensivo. La cantidad de asuntos que se han aclarado, valga la redundancia, y las nuevas visones de viejos conceptos por fin actualizados, es inmensa.
Ejemplo primordial y primoroso es la tesis político jurídica de la “continuidad”. Allí está el meollo. Era simple y no nos habíamos dado cuenta. Con tan sólo haber recordado la primera ley de la termodinámica: “La energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma”, hubiésemos entendido el asunto. Pero hizo falta que la clara y profunda reflexión de Maduro nos expusiese ese principio inviolable de la ciencia universal y luego, que ese otro portento de la inteligencia jurídica, la muy conocida Presidenta del máximo tribunal del país, interpretando las leyes y la Constitución, con la modestia que la caracteriza, sin mencionar siquiera su apego a la teoría termodinámica, avalara con su palabra y la del cuerpo colegiado que preside, la brillante salida político, legal y social que representa hoy día la “Continuidad” en las funciones presidenciales. Ni la energía ni el tiempo tienen final. Un lapso, un período y la intemporalidad son lo mismo. Como el Universo comenzó y seguirá expandiéndose hasta siempre. ¡Qué sabiduría!
Obviamente, luego de haber vivido todos los venezolanos el “parto de los montes” que significó la secuencia de eventos hasta llegar a la solución inédita de la “Continuidad”, se nos plantean varias opciones que queremos proponer, por ejemplo, está claro que no necesitamos más una sala constitucional, ni una Procuradora de la Nación, menos aún una Asamblea Nacional y ni que decir de la Constitución, que ya está más que claro y definido, que estuvo mal hecha, que a cada momento hay que estar saltándosela e interpretándola y que dejó sin definir tantas situaciones y problemas, que es una rémora al avance y desarrollo del Estado. Para qué más, con el “know how” de Nicolás Maduro y “el savoir faire” de Luisa Estela Morales, tenemos.
El otro aspecto relevante de los sucedido en el fin de año pasado y el comienzo del presente, es que mi percepción de la oposición –¡Que Dios me perdone !–  ha cambiado radicalmente. A partir del 7-O pensé que la oposición se había desinflado y que estaba más ausente que sol de media noche, pero no es así. ¡Todo lo contrario! Y yo no lo sabía, ni siquiera lo presentía. Tuvo que ser el Gobierno en pleno, Cabello, Maduro, Rodríguez, Villegas y otros capitostes y comunicadores, quienes, en un alarde de generosidad, que reconozco y aprecio sinceramente, nos informaran de todas las cosas que estaba haciendo la oposición. Cosas que aparentemente incluían desde hablar mal del gobierno hasta un paro cívico con características clonadas al del 12-A, pasando por decir que era mentira la enfermedad del Presidente –A quien Dios cubra con su bondad y su misericordia infinita– y finalmente buscando la manera de que no se juramentara el Presidente electo el 10-E.
Agradezco pues tanta bondad e ilustración que en estos primeros días de enero de 2013 iluminan nuestro porvenir y nos reconfortan con nuestros líderes opositores.
Por cierto, en otra oportunidad hablaremos de la segunda ley de la termodinámica: la entropía, que es, definitivamente, nuestro futuro, tal y cómo lo describe la Real Academia de la Lengua: entropía: 1- Magnitud termodinámica que mide la parte no utilizable de la energía contenida en un sistema; 2- Medida del desorden de un sistema; 3- Medida de la incertidumbre existente ante un conjunto de mensajes, de los cuales se va a recibir uno solo.
Obviamente, ya no sigo creyendo, ahora lo sé. Me lo explicaron todo.



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