Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

sábado, 20 de marzo de 2010

Evidencias malignas

(Artículo de opinión publicado en la página 9 del diario El Nacional, el viernes 19 de marzo de 2010)

En este país, uno de los temores que nos asaltan continuamente es el de ser víctimas de las acciones maliciosas, inculpadoras y revanchistas de algunos empleados gubernamentales o allegados a las esferas del poder. Que siembren pruebas falsas o se tejan absurdas conclusio-nes de hechos no punibles es frecuente, tan frecuente, que ya es costumbre y a nadie le toma por sorpresa, aunque siempre sentiremos en los tuétanos el temor de que nos suceda lo mismo. Eso se llama miedo.

Bueno, pues si las cosas han sido así en los últimos años, no les quiero contar cómo van a ser de ahora en adelante. No se trata de que el gobierno esté arreciando en la introducción del au-toritarismo y la dictadura oligopólica mediática gubernamental y del partido de gobierno, tampoco es que el gobierno y sus personajes estén perdiendo popularidad. No, lo que pasa es que el afán de control, la necesidad de tener opiniones incuestionables y de sembrar el terror para solazarse con el miedo de los débiles, ha podido más que el sentido común y el respeto por las ideas, opiniones y derechos de los habitantes.

Somos un pueblo ingenuo e inocente al que le han hecho creer que la autoridad se ejerce a través del terror y hemos llegado a aceptar, entre otras cosas, que bajo la excusa del excesivo control legal, de la limitación y control del Internet y de los juegos digitales, para la supuesta protección de niños, niñas, adolescentes, adultos y adultas, y del estrangulamiento de los me-dios de información y comunicación, se pondrá límites a aquellas informaciones y contactos peligrosos para los planes absolutistas y excluyentes de los gobernantes actuales.

Un gobierno belicoso, altanero, jaquetón y despilfarrador que prohíbe los juegos ídem. ¡Buen ejemplo!

No hay más que ver los periódicos, cómo han reducido sus contenidos, las estaciones de tele-visión que tienden a desaparecer y aparecen otras en las que se ve el aburrimiento y hasta la vergüenza en las caras de sus presentadores, las estaciones de radio que se multiplican como arroz y sus contenidos se diluyen como en agua. Ahora veremos como Internet será converti-do en otra palangana de agua rojita. Una verdadera marea roja informativa es lo que nos espe-ra, noticias muertas sin interés y sin repercusión. Cero estímulo para el pensamiento. No pien-ses. No pensemos. No sientas. No sintamos.

El gobierno se queja de que la oposición infiltró estudiantes en algunas universidades alta-mente coloradas. En la oposición deberíamos quejarnos de que el gobierno en lugar de gober-nar se ocupa más de introducir quintas columnas en las filas de la oposición y en tratar de convencer a los electores de la idoneidad opositora de esos “Arias Cárdenas” de reciente cu-ño. Partidos disidentes en busca de votos opositores para volver a lo mismo.

Foristas fabricados con mala intención para perjudicar algunos espacios de Internet libres y abiertos a todas las ideas y tendencias políticas. Sucesos ilegales que son vistos con ojos en-trecerrados y cuya evolución se deja a la buena voluntad de las partes, incluidos los agravia-dos. Quisiera mencionar los ejemplos, pero son tan conocidos de todos que no quiero aburrir más al lector que sabe que mis opiniones, por la prensa y por Internet, tienen sus días conta-dos. Mientras eso suceda, seguiremos opinando con buena voluntad, deseo de supervivencia y esperanza de influir en forma positiva y optimista en nuestros semejantes.

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