Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 19 de febrero de 2010

El por qué de todo

(Artículo de opinión publicado en la página 7 del diario El Nacional, el viernes 19 de febrero de 2010)

Como casi todos los venezolanos, siento gran interés por averiguar los intríngulis, orígenes y causas últimas de los actos de este gobierno. Por un tiempo pensé que los acontecimientos sucedidos en los últimos diez años eran parte de un guión escrito por algún mandamás cubano, chechenio, bielorruso o chino y que se trataba, simple y llanamente, de una adaptación mediática moderna del manifiesto comunista de Marx y Engels de 1848, corregida, concentrada y adaptada a los usos caribeños y al efecto populista peronista continuado y sublimado por la petulancia argentina, la zumbonería cubana y el desorden venezolano.

Pero no, no es así. Los largos años de práctica de la psiquiatría y de estudio del psiquismo de mis congéneres, me llevaron a plantearme que estaba equivocado. No se trata de ideas evolucionadas cuya esencia democrática y altruista estén siendo lanzadas al criterio del pueblo. Me equivoqué. No puede ser así, pues todos sabemos, desde hace más de cien años, que las ideas marxistas, tanto las mezcladas con Engels como con Lenin y otros, están obsoletas y seriamente periclitadas. Aunque la base teórica del materialismo histórico se mantenga, la aplicación práctica de los postulados comunistas del famoso manifiesto, son anticuados y desconectados con las realidades vividas desde finales del siglo XIX y más aún con las actuales realidades laborales, industriales, comerciales y financieras. En esencia, el materialismo dialéctico debería mostrar a quien lo practique las crudas diferencias entre 1848 y 2010. Permanecer en el entramado comunista en la época actual es una actitud retrógrada, limitante del desarrollo y del bienestar individual y del pueblo.

No entendía pues, el interés en aplicar formas de control económico, social, personal y político, de tanta concreción y por ende de tal anomia, que desestimulen la creatividad, la reflexión individual, la autonomía y promuevan en cambio esa masificación informe sin metas individuales ni colectivas y que anulan al individuo, pretendiendo convertirlo en un clon productor y consumidor estandarizado, sin capacidad para hacer su historia y disfrutarla.

Pero, como decía antes, por fin descubrí de donde vienen las influencias y dictados de la política que se está siguiendo en nuestro país y que, sin duda, se seguirá ejecutando hasta que una Asamblea conformada de manera plural y por representantes que sí crean en la democracia, sean capaces de enderezar el torcido destino que nos aqueja actualmente.

Todo tiene su origen, ciertamente, en Cuba, en la Cuba de 1958. Un cubano universal, como tantos otros, Ernesto Duarte, músico y compositor de grata recordación, escribió esa canción que dice: “Bájate de esa nube y ven aquí a la realidad, no mires a la gente con aire de superioridad, tu piensas que el dinero todo lo puede comprar, no basta el oro del mundo para lograr felicidad. La vida cual mujer es veleidosa, lo que hoy te sobra mañana a lo mejor te faltará. Recuerda que del polvo hemos venido y hacia el polvo iremos a parar. Por eso bájate de esa nube y ven aquí a la realidad, que con orgullo, soberbia y vanidad no lograrás felicidad.”

Sí, amigos lectores, en el subconsciente de muchos de los mandamases actuales se grabó esa canción en sus años mozos y rebeldes, pero el torcimiento de sus aspiraciones egocentristas les llevó a ser el objeto del tema y no a la admonición serena que el bolero plantea.

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