Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Perversidad amañada

(Artículo de opinión publicado en la página 12 del diario El Nacional, el viernes 11 de diciembre de 2009)

Los últimos acontecimientos en las finanzas venezolanas, demuestran que ante la audacia exhibida por quienes lograron la compra simultánea de varios bancos con el dinero que le debían a uno de ellos, no queda menos que aceptar que no es un hecho aislado y que forma parte de un plan de destrucción sistemática de la confianza ciudadana en las instituciones privadas, con el consiguiente refuerzo a las políticas gubernamentales y a los entes públicos que van quedando en la república, nutridos por la expropiación sistemática de las empresas privadas que prestaban servicios a los ciudadanos de este país.

La salud, la justicia, las fuerzas armadas, las finanzas, la educación, el servico exterior y las industrias en general, han sido víctimas de los actuales gobernantes, que creen en la destrucción paulatina de esas instituciones como clave para la introducción del populismo y la actitud excluyente y belicosa del oficialismo actual.

La introducción forzada de médicos cubanos, cuestionados en sus conocimientos y capacidad de desempeño, trajo como consecuencia la destrucción del sistema de salud que ya existía y una fuerte desinversión en equipos, tecnología y formación técnica profesional actualizada. El resultado es evidente, una cantidad ingente de médicos venezolanos que no quieren ejercer en las actuales circunstancias y se van del país, hospitales deteriorados e insuficientes, clínicas privadas, en su mayoría atrasadas en tecnología y nuevos equipos, abarrotadas y proporcionalmente pequeñas respecto de la demanda de sus servicios. Y, finalmente, un pueblo que clama por atención médica y ya no le importa por quién, ni si sabe, sólo quieren, por reducción al absurdo, ser atendidos.

Las sustituciones de jueces y fiscales del ministerio público por personas de escasa formación profesional y pocos escrúpulos, también trajo como consecuencia el mismo fenómeno: jueces y fiscales, insuficientes en número y conocimientos y un pueblo que clama por atención judicial ante aquellos que, no importando si saben, burocráticamente deben atenderles.

Las sustituciones en los rangos militares por oficiales de menor mérito y mayor fiabilidad ideológica, trajo como consecuencia oficiales insuficientes en número y conocimientos. El pueblo, que clama por unas fuerzas armadas fuertes, unidas y ejemplares para la defensa de su territorio, de la Constitución y el mantenimiento del orden democrático interno del país, tiene que, igualmente, por reducción al absurdo, aceptar que las fuerzas armadas, politizadas, ideologizadas y dependientes del gobierno, no sean garantía del Estado, sean apoyo del gobierno y marchen al son que les estén tocando.

La introducción en el medio financiero de personas inescrupulosas apoyadas por el gobierno con dinero de los venezolanos, era obvio que traería como consecuencia el desprestigio del sistema financiero y bancario y por tanto un pueblo que clamaría por una estabilidad económica y financiera que sólo un estado omnipotente y controlador dice que se la puede dar.

En las asociaciones gremiales y sindicatos, personas inescrupulosas subvierten el orden y las normas aceptadas por la ley y el uso e imponen formas de acción inaceptables por la democracia, pero necesarias para el socialismo del siglo XXI.

Con imaginación podemos llegar a visualizar la ingerencia destructiva y desvalorizadora, por procedimientos arteros y falaces, en casi todos los campos.

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Médico psiquiatra en ejercicio