Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Gobierno mentiroso

(Artículo de opinión publicado en la página 9 del diario El Nacional, el viernes 27 de noviembre de 2009)

Ha habido épocas en las cuales las personas confiaban tácitamente en aquello que los gobernantes decían. Cuestionaban poco y se hacían eco de las angustias y seguridades de los gobernantes. Épocas pasadas, sin duda.

En la actualidad, en muchos países, así como en Venezuela, los ciudadanos sabemos o intuimos que nos están diciendo mentiras, medias verdades o, al menos, tergiversando la realidad.

No decir la verdad se ha convertido en política de estado. Los gobernantes, en una falta de respeto total y absoluta por los ciudadanos, han asumido que la verdad no es útil y que la mentira, o sea, el fraude comunicacional, es lo que le conviene al pueblo.

Todos los días tenemos pruebas de que se nos miente descaradamente y se nos trata de inducir a pensar y actuar de forma tal que el gobierno de turno sea visto como la panacea a nuestros males y el paladín de la lucha contra las desgracias y dificultades que nos aquejan, generadas por otros, por supuesto.

Algunos ejemplos recientes reavivarán la imagen de lo dicho. El Presidente, recientemente, pretendió demostrar que la disminución del producto interno bruto en 2009 se debió a la disminución de la producción de petróleo acordada por la OPEP desde 2008 y no a la contracción y reducción forzada de la producción de bienes por el aparato productivo venezolano, desolado y constreñido por las presiones ejercidas por el sistema cambiario, las nacionalizaciones, las expropiaciones, los excesivos controles, la inflación, la burocracia interminable y la corrupción galopante.

Otro ejemplo. En la última década venimos viendo como se ha deteriorado el parque generador de energía. Fotografías de la muy averiada Planta Centro han aparecido en Internet. Desde hace años venimos oyendo de la falta de inversión tanto en la industria petrolera como en la de generación eléctrica. Ambas fueron denunciadas muchas veces como un problema de sub-inversión y rezago. Respecto de la generación de electricidad, se ha expuesto continuamente que en los años noventa comenzó el retraso de inversión en mantenimiento, renovación y compra de nuevos equipos, en formación de nuevos técnicos, en optimización y mejora de los cuadros gerenciales y en la planeación estratégica de nuevas leyes y políticas hidroeléctricas y termoeléctricas. A esta verdad, de todos conocida, se le suma ahora que se trata de un plan preconcebido de mentir descaradamente a la población, haciéndoles ver, por instigación y consejo de Fidel Castro, que no hay problemas eléctricos, que hay que correr el riesgo de que no pase nada, pero no decirle la verdad a los ciudadanos.

¡Cónchale! Hasta donde nos van a seguir mintiendo.

Los venezolanos estamos viviendo la misma angustia que padecen aquellas personas que se ven a sí mismos en malas condiciones de salud, deteriorándose paulatina y fatalmente y las personas a su alrededor, en vez de afrontar la situación, les mienten “piadosamente” diciéndoles que no tienen nada, que todo está bien, que la intervención quirúrgica fue un éxito, que les quitaron un tumorcito de nada y que pronto estarán bien. No necesitamos mentiras. Las mentiras nos angustian más.

Venezuela está muy deteriorada. El gobierno es ineficiente y mentiroso, y sentimos que el mar de fondo de la política oficialista es corrupto, fraudulento, cómplice de la guerrilla, mal intencionado, excluyente y que sus consejeros, por muy ancianos sabios que sean, son maulas.

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