La pregunta del Rey
(Artículo de opinión publicado en la página 17 del diario El Nacional, el 16 de noviembre de 2007)
En la clausura de la reciente Cumbre Iberoamericana, el Rey de España, irritado e incómodo, hizo al Presidente Chávez la pregunta más esencial y clave de todas cuantas le han hecho en su vida: “¿Por qué no te callas?” La respuesta de Chávez fue contundente y rotunda: se calló. Después, protestó, insultó sin ser grosero, maltrató sin golpear, despotricó sin saltar del asiento, descalificó sin dejar de burlarse y todavía piensa que le ganó a Zapatero y que puso en un brete al Rey Juan Carlos, al exigirle que dijera si estuvo o no, involucrado en el golpe de abril de 2002.
Chávez piensa que todo el mundo estuvo involucrado en el único golpe que nadie supo que era un golpe. A quienes vivimos esa situación nos pareció una mamarrachada político militar, generada por la renuncia del Presidente de la República y la incapacidad de asumir el gobierno con continuidad y firmeza, por quien le correspondía hacerlo, ya que, por ejemplo, no se sabía donde estaban el Vicepresidente Ejecutivo ni el Presidente de la Asamblea Nacional.
No importa como lo disimulen, Chávez renunció. Lo informó así el General en Jefe Lucas Rincón, cabeza de las Fuerzas Armadas. Todos sabemos que los generales no dicen mentiras. Se podrán equivocar, pero mentir, ¡Jamás! A menos que sea bajo tortura u otro procedimiento de forzamiento de la voluntad, para salvar el honor, la Fuerza Armada y la Patria. A ese General nadie lo torturó, se acostó a dormir para amanecer el día siguiente con su conciencia tranquila, como lo hacen quienes han dicho la verdad.
Es muy importante que el Rey de España continúe siendo Rey. Que nadie cuestione su condición, pues a pesar de la diferencias que alguien pueda tener con la monarquía, es indiscutible que a su llegada al reinado, él y los primeros Presidentes de Gobierno, hicieron el trabajo de la transición a la democracia y la recuperación de la España dividida. Como lo hicieron Mandela y Tutu en Sudáfrica. Nada parecido a lo que nos ha tocado vivir a los venezolanos, que hemos visto crear y profundizar brechas entre nosotros, que han resultado en que los perseguidos por las listas infames, los criticados y los descalificados visceralmente por el Jefe del Estado, no tengan trabajo o no puedan contratar con el estado.
Es importante que meditemos sobre lo que sucedió en Chile, cuando el Presidente Chávez, en vez de aportar soluciones al problema de la pobreza en América, decidió invertir tiempo y esfuerzo en cazar una pelea con los representantes de España, desviar el objeto de la reunión, apoyar una reunión paralela, insultar al exPresidente del Gobierno español y buscar centimetraje mediático internacional, tratando de desviar la atención de los venezolanos de la dramática situación que nos plantea el referéndum aprobatorio de la reforma de 69 artículos de la Constitución, que, de aprobarse, constituirían una nueva y diferente Constitución.
No nos dejemos engañar por las falsas lealtades exigidas a raíz del incidente de la pregunta del Rey. No es con Chávez que debemos estar por encima de todas las cosas, ni es apoyarle por haber sido objeto de la intemperancia del Rey de España, no se trata de votar por Chávez; se trata de que el próximo 2 de diciembre debemos votar por NO aceptar la nueva constitución que rechazamos por espuria, desconocida, no discutida y favorecedora de un proyecto personal y no del desarrollo armónico, pacífico y solidario del pueblo.
