Sitio virtual donde se archivan los ensayos periódicos que escribe Álvaro G. Requena, sobre la situación política, social, económica y de salud en Venezuela.

viernes, 19 de octubre de 2007

Política pasmosa

(Artículo de opinión publicado en la página 13 del diario El Nacional, el 19 de octubre de 2007)

En ocasiones sentimos admiración y asombro ante planteamientos políticos en apariencia buenos, deseables y emocionalmente intensos y, como consecuencia, perdemos la capacidad de razonar, dejamos de ser críticos y de contrastar nuestras ideas y principios con aquellos implícitos en el planteamiento ilusionante que escuchamos.

Las propuestas populistas, pasmosas en su efecto, progresan en la imaginación y fracasan en la práctica, pues son causa de mínima reflexión y ninguna discusión. Son ilusiones inducidas por el canto de las sirenas, son atención al deseo y satisfacción a necesidades y no toman en cuenta la repercusión y el futuro. Son gestión del momento. Satisfacen exigencias y no expectativas. Pan para hoy, hambre para mañana.

Algunos de esos planes políticos no son tan evidentes en su populismo y por tanto en su inefectiva conclusión. Uno de ellos es el que adelanta el Presidente de Venezuela para lograr la liberación de la ex–senadora y candidata a la presidencia de Colombia, Sra. Ingrid Betancourt y de otros rehenes colombianos. El deseo que tenemos todos de que termine el conflicto armado en Colombia y que liberen a cuanto rehén mantengan secuestrado, acapara nuestra atención y nos impide ver la situación en otra perspectiva que no sea la planteada por el gobernante venezolano, apoyada por el jefe del estado Cubano y estimulada y aceitada por el gobierno Francés.

No imagino cómo el Presidente Uribe va a aceptar los planteamientos de la propuesta del Presidente Chávez, la situación planteada es, obviamente, una trampa política monumental. Si Uribe acepta, sea lo que sea que acepte: la zona desmilitarizada, el transporte protegido de los jefes guerrilleros, la liberación de reos extraditados o juzgados y condenados, o el diálogo tripartita (Venezuela, Colombia y guerrilla), estará, de hecho, aceptando que la guerrilla es un estado dentro del estado colombiano, lo que es políticamente inconveniente y militarmente inaceptable.

Por algún lado, no se cual, hay una situación desconocida para casi todos los espectadores de esta lucha política entre Uribe y Chávez. Algo persigue Chávez que va más allá de lo planteado. Hay quienes dicen que desea el Nóbel de la Paz, otros, que quiere legitimar a la guerrilla colombiana y así apoyar un futuro gobierno socialista del siglo XXI en Colombia y, finalmente, no falta quien piense que planea convertirse en el futuro gestor y gobernante de la fantasía bolivariana de la Gran Colombia llevada al grado superlativo, tal y como lo planteó en Cuba el domingo pasado: “confederación de repúblicas bolivarianas, martianas, caribeñas, suramericanas”. ¿O será que sólo desea liberar los rehenes?

Lo triste de este asunto es que si no se da, los perjudicados serán los rehenes. Si se da, los beneficiados hoy serán los rehenes y los guerrilleros, pero mañana padeceremos todos.

Padeceremos, porque el asunto principal no tiene que ver con las acciones humanitarias tantas veces proclamadas. El resultado final será el de la legitimación de la fuerza violenta no estadal, que no acepta la existencia de civiles, ya que toda persona por el hecho de serlo es militante. Situación que pone en entredicho de forma definitiva el concepto de Nación organizada como Estado con sus basamentos principistas de civilidad, legalidad, soberanía, autoridad moral y administrador único de la violencia –legitimada en las fuerzas armadas. En definitiva, el caos. Pasmoso regreso a las montoneras y al sálvese quien pueda.

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